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Sergio Pellicer se ha convertido ya en un símbolo del Málaga, no hay duda. El entrenador y exjugador blanquiazul se ha curtido definitivamente al frente ... de los banquillos en los diferentes equipos de Martiricos. Pero desde que dio el salto al conjunto principal de la entidad, en sus diferentes etapas y hasta como segundo técnico, sus temporadas se han contado por retos a conseguir, como apuestas heroicas en algunos casos. Y él los ha admitido como tal, asumiendo casi siempre riesgos importantes. Durante el Covid algunas veces rayó, junto a sus jugadores, en lo épico, mientras que la pasada campaña ocurrió algo parecido con ese imprescindible ascenso en Tarragona. Ahora, con algo más de calma tras cumplir con los objetivos, las exigencias no varían, pues el preparador castellonense afronta una campaña incierta, con una plantilla en la que continúan la mayor parte de sus jugadores (perdió a cinco, cuatro de ellos fijos en el once) y con nuevas incorporaciones (cuatro hasta este momento).
Parece claro que el plan para esta temporada se centra en la consolidación en Segunda, en armarse desde abajo para asentarse en una categoría muy complicada y bien conocida. De ahí que la temporada comience este sábado con algunas dudas, pero con la ilusión por las nubes por numerosas razones, entre las que destaca el mencionado regreso al fútbol profesional y el apoyo siempre incondicional de una afición completamente entregada a sus colores. Pero la pregunta fundamental se centra en ¿cuál será el nivel exacto del nuevo equipo con los cambios experimentados y con los pocos fichajes llegados? La respuesta no existe, aunque se prevé a simple vista que la competencia será más fuerte que otros campeonatos y que parece necesario, imprescindible, adaptarse muy pronto para no sufrir en exceso en un comienzo que se augura trepidante.
Pellicer está algo más tranquilo esta campaña que la anterior, en la que venía de un descenso y no se podía fallar en un escenario desconocido. Su trabajo, igual que el de otros, fue ejemplar para conseguir el mejor rendimiento de un equipo que no era el mejor de la categoría ni de su grupo. Pero la exigencia es ahora un poco mayor. Nadie le pedirá el ascenso o estar arriba, pero sí que no pase apuros para salvarse. Desde el club creen que la continuidad de una parte de la anterior plantilla supondrá un plus para un mayor rendimiento en Segunda, pero eso deberá demostrarse desde el inminente arranque liguero.
Con una corta preparación tras concluir la Liga anterior el 22 de junio, el equipo se ha mostrado en los escasos amistosos veraniegos disputados (sólo tres) fuerte y conjuntado, lo que puede añadir un poco más de ilusión para el comienzo de la competición, donde puede haber rivales menos rodados y con más necesidad de acoplar a sus futbolistas. De ahí que el partido de este sábado en Ferrol, a las 17.00 horas, se considera clave para el equipo de Pellicer. Ninguno de los resultados posibles llevará a un análisis realista y profundo del potencial del equipo, pero sí permitiría mejorar todavía más la confianza ante un reto nuevo para todos, en una categoría histórica por el gran nivel de la mayoría de los competidores.
En este escenario de ciertas dudas por la respuesta que pueda ofrecer en Segunda el Málaga tras los cambios, con la planificación todavía por completarse, Pellicer se mantiene como una de las grandes esperanzas de un proyecto que necesita estabilizarse en esta categoría para dar el salto definitivo a la élite lo antes posible. El entrenador siempre es una figura clave, pero en esta ocasión lo será todavía más por tratarse de un reto complejo y que precisa de un entrenador que conozca muy bien tanto a la plantilla como a la cantera y al propio club, que continúa intervenido y con los Al-Thani fuera de su dirección por un periodo que alcanza ya los cuatro años y medio.
Ahora llega el momento de la verdad para el técnico y sus jugadores. La afición espera lo máximo, aunque el proyecto volverá a ser austero en busca de una prolongada estabilidad económica y a la espera de algún atisbo de salida en la maraña judicial en la que está inmerso el club por el 'caso Al-Thani', que continúa pendiente del cierre definitivo de la instrucción del mismo y el posible señalamiento de un juicio próximo por la vía penal.
Todo queda pendiente de Pellicer y de sus hombres (cuando Loren Juarros cierre la plantilla) y con una hinchada realmente ejemplar que ha superado todas las previsiones y que llenará el estadio en cada partido de casa. La temporada que arranca será incierta y crucial, pero también animada e ilusionante.
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