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Sólo un triunfo en las ocho últimas jornadas ha regalado el Málaga a su afición cerca del momento de la verdad pero, más allá de este dato, pesa más la sensación predominante todo el curso de un equipo que no transmite, carente de personalidad, con ... muy poco gol, demasiado previsible y sólo con un punto fuerte, cierta solidez defensiva, pero a 17 puntos ya del liderato, lo que hubiera indigestado a cualquiera en agosto de haberlo sabido de antemano. Es obvio que hay infinidad de motivos para no ser optimista cara a junio, cuando llegue la hora del veredicto sobre el proyecto. El pulgar hacia arriba o para abajo. Sin embargo, es momento de aparcar el pesimismo, porque conduce a poco. Es tiempo de que los aficionados (con miles de motivos para avergonzarse del Málaga) y medios rememos en la misma dirección. Disparar ahora contra los protagonistas carece de sentido, a dos semanas del examen final y con perspectivas de poder aprobar. Y no sólo eso, lo que hay enmedio no es baladí. Estas dos jornadas aún resuelven si al Málaga le basta empatar en las semifinales de los 'play-off' o empieza con un gol en contra, la diferencia entre ser tercero y cuarto, una vez confirmada la renuncia a la primera y segunda plaza.
La igualdad con la que se desarrollan las temidas eliminatorias de ascenso creo que queda fuera de duda a estas alturas. Les pongo un ejemplo: repasen los diez resultados de ida de las semifinales de la fase de ascenso a Primera RFEF. Ocho de ellos, empate o victoria mínima. Ninguna de las eliminatorias de ascenso a Segunda de la pasada campaña se resolvieron por más de un tanto. ¿Saben qué pasó en la promoción a la Premier League inglesa el domingo? Sendos 0-0 en los dos duelos.
No esperen goleadas ni triunfos aplastantes en los cruces de junio, ni partidazos. Todo se va a resolver por pequeños detalles y lo que más necesita el Málaga es calma y confianza. Esta no llega vía resultados, pero el pesimismo normal que se respira en el entorno conviene mitigarlo con un cierto ejercicio de paciencia.
Hay otro tópico extendido en torno a los 'play-off' respecto a la importancia de llegar en racha de resultados. Va de suyo que será mejor así que presentarse en las circunstancias actuales del Málaga, pero tampoco garantiza nada. Sólo cabe recordar el último precedente del cuadro de La Rosaleda en una fase de ascenso. Es difícil haberse alistado con más moral que como lo hizo el equipo tras la llegada de Víctor Sánchez del Amo y los resultados previos. Incluso, por momentos, mareó al Deportivo en el duelo de ida, pero media hora catastrófica en Riazor sentenció la temporada en su contra. Así de crudos pueden ser esos partidos, pero no es conveniente que nadie dé nada por sentado ya. Así las cosas, el Ibiza no debería ni presentarse, aunque ganara el domingo (después de remontar jugando una hora con un futbolista más). Eso sí, no me gustaron las palabras de Manu Molina en la zona mixta en San Fernando: no da igual ser segundo, tercero o cuarto. A estas alturas esto debería estar más que claro.
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