Lo único que queremos celebrar es el ascenso

En una semana de celebraciones, lo de siempre. Tras los fastos del aniversario 120 de La Rosaleda (extraña celebración porque no eran 125 años, ni ... 150, ni 200...), tras apagar las velas de ficticia tarta, no llegó la chicha, que es lo verdaderamente importante aquí, y una vez más el Málaga demostró que está mal planificado, mal dirigido y que no pinta nada bien. Vamos, ni el más forofo de los hinchas puede creer que el Málaga que hemos visto ante el Algeciras, el Linares o la AD Ceuta puede ascender a Segunda División. Es verdad que en una (o dos) eliminatoria a dos partidos puede pasar cualquier cosa, pero hay que ser muy optimistas o los demás muy malos para pensar que vamos a subir de categoría. El Málaga no puede seguir un minuto más en esta división en la que no merece estar, pero mucho me temo que va a ser así, y les juro que no hay cosa que me gustaría más que equivocarme. Ante el Ceuta, el Málaga estuvo maniatado por el rival, y no es la primera vez que le ocurre eso esta temporada. Los adversarios le han cogido 'el truco' a los malaguistas, y Pellicer no encuentra soluciones, y en tres partidos tres puntos es una renta infame para un aspirante al ascenso.