Final para olvidar pese a la victoria

Pese a la victoria, el partido nos dejó claras tres cosas, una dirigida al 'triunvirato', otra a los propios jugadores y la tercera al entrenador: una que se necesitan refuerzos en la ventana de invierno, sin ningún género de dudas; la segunda, que pese a la baja calidad de algunos rivales, su intensidad y ganas nos puede complicar; la tercera, para Pellicer, que debe atajar la preocupante falta de atención y frivolidades de sus zagueros acompañados de Genaro, que perdieron pelotas de forma casi inverosímil en jugadas no aprovechadas por el rival por su ya señalada baja calidad.

Pese a ello, y quitando los penosos 20 minutos finales, el Málaga mereció ganar y no pasar apuros, pero Roberto estuvo en 'plan Julio Salinas' y falló tres ocasiones de gol muy claras, dos de ellas, en su descargo, generadas por él solito con su pundonor y entrega. Pero las ocasiones no se materializaron y entonces los gaditanos comenzaron a creerse que podían rascar algo de Martiricos, mientras la fiel hinchada blanquiazul se dejaba las gargantas en un intento de dar alas a un equipo que perdió por completo el norte a partir del minuto 70, donde pareció derrumbarse sin que los cambios del banquillo local sirvieran para mejorar el evidente descenso de ritmo y juego del Málaga.

Al final, lo que importa, la victoria... Bueno, no. Al Málaga hay que exigirle más, y desde luego no se pueden pasar los apuros sufrido ante un equipo tan inferior como el San Fernando. Exijamos.