El doble reto del equipo ante el Levante

Tenía una difícil doble misión el equipo malaguista: romper la racha negativa que, sin merecerlo, nos ha hecho mirar hacia abajo en la clasificación, y recuperar la moral de la tropa (afición), indignada, molesta y no se sabe cuántas cosas más por el ridículo que ... el club ha hecho en el mercado de invierno, siendo el único equipo de Segunda que no se ha reforzado. Encima, horas después de cerrarse el plazo, la jueza autorizaba el aumento de sueldo para el administrador judicial, cada vez más en entredicho por su forma de actuar. Total que los de Pellicer la tenían cruda, porque encima, pese al atractivo del encuentro, los claros en las gradas, sin ser muy preocupantes, sí que pueden ser también un aviso. Es una pena que no se haya hecho el esfuerzo necesario para reforzar al equipo, decisión además de tres dirigentes del club en funciones (es más que dudoso que si alguna vez se aclara el tema de la propiedad, los nuevos responsables los mantengan en el organigrama), porque mimbres hay, y con un mínimo apuntalamiento de la plantilla se podía haber aspirado a lo que Málaga merece.El reto se cumplió a medias, porque no se ganó, y ya se sabe que en fútbol las victorias lo arreglan todo y un gol te cambia de malo a bueno en un segundo. Y eso que el Málaga jugó bastante bien, sobre todo en la primera parte, donde fue muy superior al Levante, que es un equipo cargado de buenos jugadores y de veteranía. Pero nos falta la sal del gol, y encima la mala suerte en forma de penalti absurdo de Dioni nos puso el encuentro muy cuesta arriba. Más de uno pensaba que con la veteranía reseñada, el Levante aguantaría en la segunda parte, y por momentos lo consiguió, hasta que la justicia, al fin, imperó en un momento tras los partidos en los que el gafe (lo están buscando) nos ha perseguido. Un punto de 16 es escaso bagaje, pero al menos se ven 'brotes verdes'. Ha sido una semana para que los malaguistas la olvidemos pronto. Nos faltó la alegría de la victoria. A ver si llega en Cartagena.