«Nosotros tenemos otra manera de ver el fútbol, todos nuestros jugadores trabajan y a veces que hay semanas que no pueden venir a entrenar...», lo explica el técnico del Escobedo, Pablo Casar, antes de recibir al Málaga en Copa. «El Escobedo es un ... club muy pequeñito con apenas 300 socios y aún recuerdo mi primer partido aquí porque no habían ni cien personas... y yo venía de la Gimnástica de Torrelavega. Pero a raíz de los resultados la gente se está animando y estamos más arropados», comenta Mario Blanco, que este martes portará el brazalete del equipo del municipio de Camargo, clasificado en la Copa tras ganar el año pasado la Liga de su grupo, el 3 de Tercera.
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Y es que el conjunto que preside Luis Merino tiene un presupuesto de 80.000 euros -sin contar la base-, que contrastan con los 37 millones que tuvo para la campaña 18-19 la entidad andaluza.
No les dio para ascender a Segunda B. «Al final de la temporada pasada se operó nuestro máximo goleador, Héctor Marcos. Y esta temporada se ha lesionado el capitán Nando. Son bajas que hemos notado», explican. De vuelta al partido de hoy: «Creo que va haber muy buen ambiente porque el ritmo de venta de las entradas ha sido bueno», augura Mario. Las entradas se han vendido a 6 euros para abonados y 12 para no abonados.
Escobedo-Málaga
Toda esta información la ordena Mario, que como segundo capitán del equipo se erige como representante de la plantilla para dar un imagen de cómo viven desde el vestuario del Escobedo el partido de hoy. «Nosotros nos lo tomamos como un premio, un placer poder jugar con un equipo de Segunda y más el Málaga que es un histórico. Es un premio de los grandes«, manifiesta a la vez que relata los ajuste de agenda que han tenido que hacer muchos jugadores del equipo (que en gran medida, es idéntico, salvo cinco o seis cambios, que la temporada pasada).
«Hay jugadores que han pedido el día para este partido y compañeros que tienen ganado y terminarán de ordeñar sus vacas antes para estar listo para el partido. Merece la pena vivirlo desde dentro porque cada uno tiene sus historias después. No es solo entrenar y descansar. La mayoría tienen niños, otros estudian. Hay de todo«, cuenta con entusiamo Mario. Él trabaja en una imprenta y se ha dedicado a preparar los carteles que promocionan por todo el pueblo y Santander incluso, el partido.
Pepín, uno de los jugadores del equipo que, posiblemente, tenga el oficio más duro del equipo. Antes de pegarle patadas al balón, trabaja en su ganadería de Queveda. Un oficio físicamente sacrificado, pero que nunca le ha impedido rendir al máximo. «El martes es de los días que menos cansancio vamos a tener, seguro», dice el centrocampista blanquinegro, que puede compaginar su trabajo con la ayuda de su padre. «Por la mañana estoy solo. Él viene por las tardes, sobre todo cuando tengo entrenamiento. Además duermo poco, ya que me acuesto tarde y me levanto temprano, por el trabajo con las vacas», comentó al Diario Montañés.
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«El campo es pequeño, 100x65 metros pero al quitarle un metro de cada lado se queda más estrecho, la hierba es de última generación y se cambió hace dos años. Tiene una grada pequeña donde entran unas 500 personas, y bien, un campo coqueto. Lo único es que la luz es algo insuficiente y tiene que poner. A ver cómo se ve porque nunca hemos jugado por la noche«, cuenta sobre las condiciones del encuentro, de las que por otra parte se quejó el técnico del Málaga en la previa, y añade Mario que en los últimos días «hizo un viento que era imposible controlar la pelota y entrenar». La predicción para hoy no es tan extrema.
Mario nos describe un poco su equipo. Le pedimos ser un agente neutro, y accede: «El secreto de este equipo ha sido el bloque. El míster rota mucho y cualquiera que juegue lo hace bien. Pero por nombres... Dalisson de Almeida, aunque no sé si jugará. O el portero, Rafa Pedrero, que creo que es el mejor de la categoría», hace un pequeño dibujo del equipo.
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Dalisson de Almeida Leiten, un canterano del Real Valladolid que está cedido y es uno de los principales recursos en el ataque del Escobedo. Es de Cabezón de la Sal, como el entrenador del equipo, y viene a datar que existe un vínculo especial entre técnico y jugador para que esta temporada suponga una prolífica etapa en su crecimiento. Juega de extremo y aporta velocidad y verticalidad en ataque. Aunque no está claro que vaya a ser de la partida porque hay dudas de si el técnico sacará el mejor once posible, o lo rediseñará para premiar a los jugadores que consiguieron el año pasado el título de Liga que ahora le dan la oportunidad de jugar la Copa.
Y Rafa Pedrero, uno de los mejores porteros del Grupo III de Tercera según sus propios compañeros. Pasó por la cantera del Atlético de Madrid pero finalmente desarrolló su carrera por diferentes equipos cántabros, pero siempre en Tercera. No es un guardameta muy alto (1,85 metros) pero disfruta de un potente salto y reflejos. Desde el Escobedo tienen una fe ciega en él y comentan de su virtud para atajar penaltis, un apartado a tener en cuenta ya que el encuentro se puede dirigir hasta la tanda de penaltis.
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