El ERE del Málaga, un paso crucial para evitar el riesgo de descenso administrativo

El temor del administrador judicial cuando tomó las riendas del Málaga era llegar al final del ejercicio anterior sin problemas de liquidez, pero más a medio plazo evitar el riesgo de descenso administrativo. Porque el club ya caminaba sin red, puesto que al término de la presente temporada no se habría cumplido el requisito de haber competido tres de los cinco últimos años en Primera División para eludir la pérdida de categoría. Ahora, con la culminación del ERE que afecta a ocho jugadores profesionales, se da un paso clave para conseguir ese segundo objetivo planteado por José María Muñoz.

Como es sabido (y así lo confirmó el administrador), el Málaga acumuló las dos últimas temporadas un desfase de más de 12 millones en el límite salarial, por lo que LaLiga, además de sancionar al club para esta campaña, también dio un ultimátum para que corrigiera esta importante desviación. No parecía tarea fácil dadas las circunstancias en el mercado por la pandemia del coronavirus. No obstante, las distintas operaciones que han incluido a jugadores en propiedad han resultado satisfactorias a la hora de que sumaran para ponerse al día en el tope de sueldos fijado por la asociación de clubes.

El ERE es el paso clave, porque sin la salida de futbolistas que contaban con fichas inasumibles –en particular, cinco de ellos– era inviable el proyecto, pero previamente el Málaga ya había podido cerrar negociaciones que contribuyeron a reducir paulatinamente ese importante desfase en el límite salarial. En este sentido, los ingresos por los traspasos han sido fundamentales, en particular el de Keidi al Espanyol (un millón y medio asegurado), aunque conviene no olvidar el inesperado por Mula (cerrado en apenas unas horas con el Fuenlabrada) y también la salida del canterano Iván Jaime al Famalicao. Y aunque no es un traspaso en sí, así debería considerarse la marcha de Tete al Elche.

La partida más importante para ponerse al día en el tope salarial corresponde al ERE y al cuantioso ahorro en fichas de determinados futbolistas, pero también conviene apuntar que otros incluidos inicialmente en ese proceso de despido colectivo llegaron a acuerdos con el club para solicitar la baja voluntaria (como ha sucedido con Adrián, Munir, Juan Carlos y Cifu). De este modo, igualmente se ha producido un ahorro importante en alguno de esos casos.