Secciones
Servicios
Destacamos
Desgraciadamente, es cuestión de horas o de días. Si no es hoy mismo, será mañana o, probablemente, la semana que viene. Nadie, ni siquiera un solo miembro del club (ahí están sus declaraciones), piensa en la permanencia. Es tan ínfima la posibilidad que casi ni ... existe un término para calificar ese más difícil todavía. La palabra 'milagro' hasta se queda corta, incluso si se escribiera con mayúsculas. Así pues, ¿qué interés tiene hoy ese Málaga-Mirandés en La Rosaleda a las nueve de la noche? Más allá de que haya que apelar a la dignidad por parte de los jugadores blanquiazules, en realidad el foco va a estar en la respuesta de la afición, tanto en la concentración una hora antes a las puertas del palco presidencial (para protestar por la gestión durante la temporada) como después, durante el encuentro.
Para evitar el sonrojo de descender ya, en la antepenúltima jornada, el Málaga debe evitar el empate o la derrota esta noche. Es de desear que al menos se demore el cruel y ya irreversible desenlace, que no quede por los futbolistas blanquiazules, que si se consuma el adiós al fútbol profesional después de un cuarto de siglo sea porque al mismo tiempo se requieren empates o victorias del Zaragoza, el Huesca, el Racing y el Villarreal B –el Leganés se salvó anoche–, así como una victoria del Sporting (porque el cuadro asturiano tiene el 'goal average' general ganado, pero en un caso hipotético el equipo de Pellicer podría neutralizarlo).
El partido en sí parece tener menor trascendencia que lo que pueda deparar la actitud de la afición. Después de un mes de apoyo sin fisuras, con un respaldo extraordinario que ha incluido largos viajes a Lugo y Ponferrada de medio millar de aficionados, el varapalo en El Toralín ha dado paso a toda la frustración acumulada durante el último año y medio y que ha culminado con ese descenso más o menos inminente a la Primera RFEF. Nadie puede discutir que existe una mínima opción de permanencia –que pasa por ganar los tres encuentros y por un pleno de derrotas de algún rival en esta recta final–, pero esa actitud de los abonados va en consonancia con las declaraciones realizadas por el director general, Kike Pérez, y el entrenador, Sergio Pellicer, que no transmiten precisamente confianza en esa carambola.
A estas alturas, de poco sirve entrar en elucubraciones sobre el sistema o los jugadores elegidos para el compromiso de esta noche frente al Mirandés, sino más sobre la persona que ocupará la vacante en la dirección deportiva o sobre la cifra de jugadores que continuarán. Incluso, sobre si alguno se borra (sin comillas) para el largo viaje a Vitoria.
El primer paso para mantenerse con vida una semana más pasa por superar al Mirandés, ese conjunto casi filial al que se daba como uno de los fijos para el descenso y que se ha salvado holgadamente gracias al rendimiento en su último mes, al crecimiento de determinados futbolistas y a la solvencia de su delantero centro, Raúl García (autor de siete de los diez últimos goles de su equipo en mes y medio). No jugaba muy lejos –en el filial del Betis, en Primera RFEF–, lo que certifica que el seguimiento de jugadores ajenos al 'circuito profesional' tampoco fue una gran virtud del equipo de Manolo Gaspar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.