Parpadea la luz roja

Harto ya de tanto desatino, la imaginación se me va hacia tiempos mejores en los que el fútbol se veía más sencillo y sin las ataduras tácticas y estratégicas las que se ven abocados los equipos cuyos entrenadores pugnan por ser más listos y estudiosos que los demás, y esa disyuntiva nos perdemos. Y también el fútbol, que pierde la esencia de sus orígenes. Vamos, que el fútbol de hoy tiene más parecido a una partida de ajedrez en la que cuenta la inteligencia y manda el reloj. El ardid de un entrenador es 'meterse' en la mente del otro entrenador y ver así la manera de jugarle. Además, esa frase manida de 'los noventa minutos de juego' es ya historia, porque una gran mayoría de partidos llega a los cien e incluso se rebasan. Ya no son solo once pares de botas las que están en juego, sino que pueden llegar a dieciséis. Y, así y todo, lo que cuesta marcar un gol. Nos hallamos en un momento crítico para numerosos futbolistas de todo el mundo.

El Mundial de Catar está ya a tres semanas vista y por lo que se refiere a España aún quedan jornadas de Champions y de Liga por jugar antes de esa espectacular cita en Oriente. Y debe ser la preocupación por llegar indemnes a sus respectivas selecciones lo que motiva que los primeros equipos de la Liga estén cayendo de manera alarmante. Tristemente no es el caso del Málaga pero, sea lo que sea, ser colista en días del Mundial será el peor augurio. Se intensifica el parpadeo de una luz roja.