Apenas fue el año pasado, y sólo una temporada, pero su paso por el Málaga le dejó amigos con los que guarda contacto. «Sigo y me interesa todo lo del Málaga», asegura. Conserva muchas cosas de esta etapa. El momento más feliz que recuerda es su doblete al Albacete en La Rosaleda: «Fueron en dos o tres minutos muy importantes para mí».
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Entre camisetas y otros recuerdos físicos, se llevó a su museo particular unas espinilleras con la imagen del Cautivo. «Me las regaló Josemi, las tengo en mi casa de Argentina. Allí guardo todas las cosas importante del fútbol», apunta.
Y de entre sus compañeros en ese Málaga destaca a Ontiveros. «La pegada de Ontiveros, eso me sorprendió. Cómo baja la pelota, es impresionante. Es muy difícil pegarle así. Incluso intentó enseñarme, pero nada, imposible. Aún sigo practicando y no me sale. Me decía que le pegara por debajo... bueno le daba igual que él, pero la pelota se me iba para arriba (cuenta entre risas)», asegura.
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