Once no, dieciséis

Dejemos ya de hablar de titulares y suplentes cuando muchas veces resuelven un encuentro precisamente quienes se incorporan desde el banquillo. Y es que en ocasiones es el propio técnico el que decide el cambio en razón de la necesidad de meter en el equipo a un jugador acorde con el cambio táctico del momento. Así que va siendo hora de que entendamos que un equipo lo componen 16 jugadores, cada cual con sus características. Máxime cuando la cantidad de torneos y la extensión de la temporada ocasionan un desgaste cada vez mayor. A estas alturas de la temporada, vista la jornada del domingo, cuesta trabajo saber quién es titular y quién es reserva en el Barcelona o el Madrid, como equipos más representativos. Y no digamos nada en cuanto a nuestro Málaga, en el que es difícil destacar jugadores titulares. Los partidos del domingo dejaron ver que tanto el Barcelona como el Madrid sentaron en el banquillo a determinadas figuras y emplearon a otros considerados segundones que demostraron no serlos. Y simplemente porque a los entrenadores les convenía. Pueden hacerlo, porque su dinero les cuesta al club. No puede decirse de otros que, más o menos, juegan con lo puesto. Once jugadores y poco más.