El gran proyecto para ampliar La Rosaleda y regenerar la zona sigue avanzando con los trabajos previos, que cada día son más intensos para cumplir con los planes, siempre con el objetivo de convertirse en sede para el Mundial 2030, que se celebrará entre España, ... Portugal y Marruecos. De hecho, según ha podido saber este periódico, la comisión de seguimiento y el estudio de arquitectura Morph trabajan ya con una previsión de plazos muy definida. Los trabajos tendrán una ejecución de tres años, mientras que la entrega de los mismos está prevista para el final del año 2028.
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Como ya informó este periódico, los trámites previos al arranque de las obras serán especialmente complejos, aunque las instituciones, propietarias del estadio, los acelerarán al máximo posible para que se cumplan los plazos previstos. De ahí que los permisos definitivos para comenzar ya las obras no podrán obtenerse hasta el próximo año, quizás al final del mismo. A partir de ese momento, la ejecución del proyecto necesitará los mencionados tres años para transformar el austero estadio La Rosaleda en uno muy diferente, moderno, atractivo y rodeado de numerosas alternativas de ocio.
El gran objetivo de la remodelación del campo de Martiricos, al margen de la celebración de los partidos de fase de grupos del Mundial, se centra en que pueda utilizarse todos los días del año, que las instalaciones complementarias ofrezcan un salto de calidad tanto al propio estadio como a sus alrededores, revitalizando un barrio que cada día dispone de más elementos que lo actualizan y lo mejoran. En principio, se prevé la construcción de un centro comercial en el norte y, si es necesario para la financiación, un hotel en el sur.
Las administraciones, como ya se conoce desde hace algún tiempo, están muy implicadas en el desarrollo del proyecto y han avalado esta propuesta ante las instituciones futbolísticas a la espera de que definitivamente se conozca cuántas sedes tendrá nuestro país, algo que ahora no está claro, y cuáles serán las elegidas entre las quince que partían, si bien la de El Molinón de Gijón está casi descartada. Y hay otras que están teniendo dificultades para seguir el ritmo de los requisitos exigidos por la FIFA para que se puedan celebrar encuentros de un Mundial, en este caso el de 2030. Las autoridades malagueñas, incluso, se comprometieron a que se pondría en marcha este ambicioso plan aunque no se celebrara este Mundial en La Rosaleda.
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Las posibles sedes andaluzas, tanto La Cartuja como La Rosaleda, siguen con los deberes muy adelantados y mantienen la esperanza de que ambas puedan estar entre la seleccionadas al final de esta larga carrera que seguramente acabará durante el verano o inmediatamente después. Las otras doce, excluyendo en principio a El Molinón, son estas: Balaídos (Vigo), Riazor (La Coruña), San Mamés (Bilbao), Anoeta (San Sebastián), La Romareda (Zaragoza), Camp Nou y RCDE Stadium (Barcelona), Mestalla (Valencia), Santiago Bernabéu y Metropolitano (Madrid), Nueva Condomina (Murcia) y Gran Canaria (Las Palmas).
Las reuniones entre los representantes que las administraciones han nombrado para este cometido son ya constantes. Cada semana, al menos, se realiza una puesta en común de la evolución del proyecto, mientras que los trabajos administrativos están ya en marcha a diario para que la puesta en marcha de las obras pueda llegar lo antes posible. El estadio tendrá una capacidad para 45.000 espectadores con un tercer anillo en un estadio casi futurista y al menos 5.000 plazas de aparcamientos subterráneos al norte, al margen del resto de complementos también importantes, con un coste total de alrededor de 130 millones (aunque esta cifra puede aumentar de forma considerable por el aumento de precio de las materias primas).
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Las obras que se prevén que se realizarán en La Rosaleda afectarán al Málaga, como es lógico, pero el club de Martiricos podrá seguir utilizando el estadio y jugar sus encuentros, en la categoría que estén en cada momento. El proyecto contempla esta posibilidad, como ocurrió en la reconstrucción del estadio cuando el equipo ascendió a Primera al comienzo de este siglo (los trabajos se realizaron por sectores). De esta forma, habrá momentos en los no se podrá utilizar alguno de los graderíos del estadio y quedará reducido el aforo, y así sucesivamente hasta completar las obras que se observan en la recreación del proyecto. El equipo blanquiazul, de esta forma, no tendrá problemas para competir con la máxima seguridad. En este caso no se destruirá ninguno de los sectores, sino que se remodelarán y se ampliarán con el tercer anillo. Habrá muchos trabajos, la mayoría, que se tendrán que realizar desde fuera de La Rosaleda, lo que facilitará la disputa de encuentros y la utilización de la instalación. La base del estadio se mantendrá. Todos los graderíos tendrán una gran complejidad, si bien en las zonas norte y sur habrá más elementos nuevos como el centro comercial y, en su caso, un hotel.
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