No se recuerdan precedentes en el Málaga de lo que iba a suceder en la recta final del partido frente al Almería. El lateral Iván estaba presto a salir y el sustituido iba a ser Ontiveros, que había saltado al terreno de juego apenas veinte ... minutos antes (concretamente, en el 62). El descontento por el bajo rendimiento del marbellí llevó a Juan Ramón Muñiz a la decisión de prescindir de un futbolista que había entrado de recambio, pero el gol del empate del rival frenó el relevo. Desde entonces, el extremo no ha vuelto a entrar en las convocatorias (en tres encuentros) y figura en el ostracismo, pero la razón no hay que buscarla exclusivamente en su actuación en aquel derbi.
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Cuando Muñiz firmó por el Málaga en esta nueva etapa, algunas voces dentro del club no daban un euro por la continuidad de Ontiveros. Consideraban a este un futbolista contrario al estilo del entrenador. Sin embargo, el asturiano no tardó en hablar con el marbellí para exponerle que lo consideraba un jugador importantísimo por su capacidad desequilibrante. Dado que nunca ha perdido el contacto con sus numerosos amigos en La Rosaleda, el entrenador malaguista sabía cómo debía manejar al extremo y en verano le dio toda la confianza posible para que se sintiera a gusto después de un año negativo (primero en el Málaga y luego, cedido, en el Valladolid).
Ni siquiera el grave error cometido en Lugo, que costó el gol del rival a los seis minutos de comenzar la Liga, hizo que Muñiz cediera un ápice en su empeño con Ontiveros, que respondió a esa confianza del técnico de la mejor manera posible, en un buen tono en la fase inicial del campeonato y con 'asistencias' a Blanco.
No obstante, los elogios comenzaron otra vez a debilitar a Ontiveros. Su rendimiento fue decayendo al tiempo que brotaba uno de sus defectos: el individualismo. El marbellí lleva meses sin ofrecer acciones decisivas, a excepción de un centro que Blanco desperdició en Almendralejo y de la dejada de cabeza a Cifu (tras excelente diagonal de Dani Pacheco) que permitió el gol del triunfo del lateral. Pese a ello, Muñiz mantuvo su apuesta por él.
El declive en el día a día llevó al entrenador a fijar una de esas charlas extensas que acostumbra a hacer cuando se trata de advertir a un joven futbolista de que no va por el camino correcto. En el Málaga, por ejemplo, lo hizo en 2008 con aquel extremo llamado Gerardo que fue decisivo en un momento puntual en la temporada del ascenso, y dos años más tarde con el central torremolinense Iván. Según explican en el club, Muñiz fue directo y contundente con el futbolista, al que instó a ser desequilibrante en una conversación tan crítica (exponiéndole los defectos que podían impedirle triunfar) como motivadora (desgranándole las virtudes que lo hacen ser, como suele decir el asturiano, «un jugador distinto»). El objetivo del entrenador era demostrarle confianza pese a que en los entrenamientos el marbellí no daba lo que tenía que dar.
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Y así lo hizo días más tarde, frente al Almería. Muñiz lo introdujo en el campo justo después de que el equipo visitante, con el 1-0 en contra, optara por una variante táctica y situara a un extremo como lateral derecho (Corpas). El entrenador malaguista sólo tardó cuatro minutos en introducir a Ontiveros en la banda izquierda para que aprovechara la debilidad defensiva del futbolista reconvertido. Pero el marbellí estuvo bajo mínimos, no dio una en ataque con la pelota, evidenció un notable conformismo y no fue capaz de frenar las acometidas de su par. El enfado del entrenador fue creciendo con el paso de los minutos hasta que se decidió a prescindir de él para optar por un 'doble lateral' y situar a Iván en esa posición por delante de Ricca, aunque con el 1-1 del Almería ya no lo hizo. El desengaño del asturiano pocos días después de aquella charla con el extremo fue mayúsculo.
A comienzos de la semana siguiente Ontiveros fue entrevistado en SportsDirect Radio y lanzó un mensaje que no gustó al cuerpo técnico. «No me gusta ser revulsivo; me gusta salir en el once», declaró. Por aquellas fechas se había producido una sesión de vídeo con la plantilla para analizar el trabajo en los entrenamientos (estos se graban y además los jugadores trabajan con pulsómetros para valorar su rendimiento) y precisamente el marbellí había quedado señalado.
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La respuesta de Muñiz a las declaraciones del futbolista fue contundente en vísperas del partido ante Las Palmas: «He leído que no le gusta ser revulsivo. La titularidad se gana. A mí lo que me gusta es que, salga cuando salga, haga lo que tenga que hacer para ayudar al equipo. Si fuera jugador, mi exigencia sería ser el mejor en los 15 minutos que me ponga el entrenador, por lo civil o lo criminal, como decía Luis Aragonés. Ahí es donde tengo que empezar a hablar, en el campo. Veremos si en los entrenamientos hace lo que tiene que hacer o no. Si él no juega, es que juega otro compañero, y tiene que demostrar que es mejor que el otro en todo. El entrenador no es tonto. El puesto se gana currando, no hablando. Si Ontiveros quiere hablar conmigo, me llama y habla».
Ahora Muñiz y sus ayudantes se han fijado como reto recuperar para la causa a Ontiveros, que ha vuelto a desviarse del camino (como ya ocurrió con Javi Gracia, Juande y Míchel). Al marbellí, además, el panorama se le ha complicado aún más con la llegada de Iván Alejo (otro futbolista con fama de díscolo que ha llegado muy 'enchufado'), la mejoría de Dani Pacheco, la tenacidad en el día a día de Renato y la extraordinaria motivación de Mula tras su lesión. Cualidades le sobran para revertir la situación y triunfar, pero existe plena confianza en que el futbolista malagueño sea consciente de lo que se juega. De momento, y aunque el seleccionador, Luis de la Fuente, siente predilección por él, el Europeo sub-21 parece muy lejano.
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Muñiz apostó desde que llegó por Ontiveros y aún confía en él pese a que el marbellí es una montaña rusa.
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Como sucedió en su día con otros jóvenes (Gerardo o el central Iván), Muñiz se reunió con Ontiveros para recordarle sus virtudes y cuál es el camino para no dilapidarlas.
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Días después de la charla, Muñiz intentó que fuera decisivo ante el Almería. La actuación del jugador fue negativa
Días después de la charla, Muñiz intentó que fuera decisivo ante el Almería. La actuación del jugador fue negativa
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Para entonces, el futbolista ya había ofrecido un nivel muy bajo en el día a día y quedó señalado en una sesión de vídeo para analizar los datos de cada jugador en un entrenamiento.
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Ontiveros se quejó de que no quería ser revulsivo. «El entrenador no es tonto. El puesto se gana currando, no hablando», fue la respuesta del técnico.
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La llegada de Iván Alejo, la mejoría de Dani Pacheco, la tenacidad de Renato y la gran motivación de Mula juegan en contra de Ontiveros.
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Muñiz y sus ayudantes trabajan para recuperar a Ontiveros para la causa y esperan que él sea consciente de lo que se juega.
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