La nueva Rosaleda, en marcha a falta de su modelo final y con plazos ajustados

La Rosaleda y Málaga, con esta elección para el Mundial, vuelve a mostrar su potencial como una de las provincias más fuertes del país gracias a su pujanza y su gran población, lo que obliga a las tres administraciones propietarias del estadio a emplearse a fondo para que toda salga bien de principio a fin. Para ello están trabajando todas ellas (Junta, Ayuntamiento y Diputación) en la sombra para acentuar el impulso que necesita el proyecto con el objetivo de que el próximo año puedan arrancar las obras y estas vayan de menos a más, intentando respetar al máximo la utilización del estadio por parte del Málaga y la posibilidad de que acudan a la instalación el mayor número de sus aficionados.

Para saber con más detalle cuál es la situación actual del proyecto después más de dos meses desde que se conociera su elección y aclarar algunas dudas, este periódico ha contactado con los tres representantes de los propietarios, como la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado. Todos muestran su compromiso con La Rosaleda y explican cómo se irá desarrollando el proyecto, sin olvidar que será imprescindible redoblar los esfuerzos para que el proceso avance sin sobresaltos.

Patricia del Pozo no tiene dudas, aunque admite que el trabajo a partir de ahora será muy intenso. «Todo proyecto transformador conlleva sus desafíos. Nuestras sedes (Málaga y Sevilla) tendrán sus retos, pero esto ocurrirá en todas. La clave es que tenemos la capacidad, la visión, la ilusión y el potencial para que las sedes andaluzas brillen con luz propia. A nadie cabría en la cabeza que la comunidad más grande de España no tuviese, al menos, dos sedes en este gran acontecimiento global», afirma. Entendiendo que las obras inciales arrancarán en 2025, la consejera destaca que los estudios técnicos «trabajan con esa premisa. No hay tiempo que perder, y en eso estamos colaborando las administraciones con la máxima dedicación», dice, a la vez que recuerda que los trabajos se están haciendo ahora con discreción: «El hecho de que no trascienda no significa que el proyecto no está avanzando. Se está trabajando en diferentes frentes en paralelo, a nivel arquitectónico, topográfico, proyecciones de retorno e identificación de inversores. Hay que tener tranquilidad, los pasos se están dando».

La consejera también habla del modelo de estadio. «Lo que se está analizando es cuál es la secuencia más lógica, con su correspondiente ordenación de fases, acompañado del modelo de financiación público-privado que permitiría llevar la infraestructura a su mejor configuración», subraya. Asimismo, se compromete con el proyecto: «Las administraciones somos conscientes de que la titularidad de este inmueble nos otorga una responsabilidad que fundamentalmente consiste en darle sentido, viabilidad futura y evitar que se quede obsoleta. Por eso estamos analizando los modelos que conjugan la capacidad de inversión pública con las posibilidades de mejora que reporta la inversión privada». Y explica de nuevo cuándo arrancarán los trabajos: «Las actuaciones del entorno deberían comenzar en 2025, y la intención de todos es que las obras afecten lo menos posible al Málaga».

De la Torre, mientras tanto, llega más lejos y asegura que las tres administraciones «nos hemos comprometido con la Federación y la FIFA a cumplir los requisitos necesarios para optar a ser sede del Mundial. Riesgos hay, como en cualquier proyecto, pero estamos tratando de diseñar el proceso de tal manera que una vez lanzado, no tenga demasiados problemas», manifiesta, mientras que se muestra optimista con el cumplimiento de los plazos: «Antes de nada conviene aclarar que para esa fecha, la FIFA nos exige el estadio ampliado y renovado, los aparcamientos y la urbanización del entorno. Otros posibles usos no son requisitos para el Mundial, y necesitarían de la colaboración privada. Somos conscientes de los retos a los que nos enfrentamos. Hay tiempo, quizás no de sobra, pero va a ser clave el procedimiento que empleemos las administraciones para lanzar el proyecto y obra del estadio».

Confirma que el proyecto está avanzando, «eso sí lo puedo garantizar. Se está trabajando en los diseños del estadio, en la potencialidad del mismo, en otras contrataciones necesarias, y se está trabajando a nivel administrativo», señala, y analiza las posibilidades del campo: «Que Málaga necesita un estadio más grande es algo que tenemos claro. Lo que estamos estudiando es si compensa una mayor inversión, con la colaboración privada, que nos permita disponer de un recinto polivalente único en Europa. Este modelo, siendo más costoso, parece más rentable, pero hay que confirmar la viabilidad. La inversión inicial sería pública, y que en el medio plazo se incorporarían los socios privados. El estadio base se diseña de tal manera que sea compatible en el futuro con ese modelo polivalente, a nivel de previsiones estructurales, de césped deslizante, cubierta y demás».

Se compromete financieramente con el proyecto y declara que los trabajos comenzarán pronto, pero especifica: «Estamos desarrollando y revisando continuamente el 'planning' del proyecto, y teniendo en cuenta los plazos administrativos, no parece probable que la gran obra del estadio se inicie antes del primer trimestre de 2026. Con esto tendríamos tres años para hacer las obras. No nos sobra tiempo, y somos conscientes. Antes de esa fecha se iniciarán las obras en el entorno, para ir despejando el terreno. Trataremos de que la afección al Málaga sea la menor posible. Hacer una obra de esta dimensión, reduciendo aforo, pero montando y desmontando tajos cada dos semanas, podría complicarnos el normal desarrollo de las obras, y causar más perjuicios que beneficios. Se están estudiando y valorando las distintas alternativas, de igual forma que se ha hecho en otros estadios europeos y de la propia candidatura».

Salado, por su parte, centra gran parte de los retoques que puedan aparecer en los resultados del trabajo encargado por el consistorio a una consultora. «Las administraciones estamos a la espera de conocer la información que nos ofrezca el estudio de viabilidad que ya encargó el Ayuntamiento. Este nos tiene que dar la mejor opción en cuanto a plazos, inversión y demás pormenores del proyecto», destaca, e insiste en ofrecer garantías sobre el desarrollo de este plan: «Las tres administraciones hemos mostrado siempre nuestro compromiso para afrontar la financiación necesaria para asumir las exigencias de la FIFA, así como para buscar al mejor socio inversor posible».

El presidente de la Diputación también hace especial hincapié en que están todos en la línea más correcta para cumplir con todas las previsiones. «Tanto como para lograr el objetivo de ser sede como tras conocer que Málaga lo sería, se ha trabajado para cumplir los plazos necesarios. De hecho, a finales del mes pasado nos reunimos las tres administraciones, el alcalde, la consejera y yo mismo y seguimos trabajando para avanzar en el proyecto de transformación del estadio de fútbol», indica.