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Nueva exhibición de eficacia. Al Málaga no hay quien lo pare. El equipo blanquiazul ganó también al Almería, aunque fuera sufriendo mucho en los últimos minutos. Superó a su rival gracias a un golazo de Harper, en colaboración de Pacheco, pero también exhibió muchas ... más cosas. Su acierto en el equilibrio del juego es máxima, lo que reduce las posibilidades para los errores, pese a que el Almería tuviera al final algunas ocasiones. En esta ocasión no esperó al final para marcar, sino que lo hizo en el ecuador del primer periodo y después dispuso de algunas opciones más para sentenciar, como el gol anulado a Blanco por falta o la oportunidad de Mula al final, cuando estaba solo y con un compañero muy próximo.
Almería
René; Romera (Narváez, min. 73), Trujillo, Juan Ibiza, Andoni López; Arzura (Chema, min. 62), Aguza, Corpas, Luis Rioja (Caballero, min. 84), Juan Carlos; y Álvaro Giménez.
0
-
1
Málaga
Munir; Cifu, Luis Hernández, Pau Torres, Ricca; N'Diaye, Adrián González, Renato Santos (Mula, min. 88), Dani Pacheco (Hicham, min. 77); Blanco Leschuk (Boulahroud, min. 69) y Harper.
Árbitro Pizarro Gómez, del colegio madrileño. Tarjeta amarilla a Juan Ibiza del Almería y Boulahroud y N'Diaye del Málaga.
gol 0-1, min. 24: Harper.
incidencias Partido de la 3ª jornada de LaLiga 1|2|3, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos (Almería). 8.955 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exjugador del Almería Paco Andújar así como de dos abonados del club
Sigue contando sus partidos como victorias y cada semana está más asentado el sistema de juego blanquiazul. Se mantiene al frente de la tabla, aunque en esta ocasión ya en solitario, y continúa acaparando confianza y moral, además de los nueve puntos, en un arranque especialmente positivo del campeonato en su regreso a Segunda. Un gol, una vez más, fue suficiente para doblegar al rival, como ocurrió ante el Alcorcón, lo que ofrece al equipo blanquiazul todas las garantías para seguir creciendo con nuevos jugadores que se van incorporando de una forma muy brillante, como fue ayer el caso de Pacheco.
Muñiz no se complicó demasiado por la ausencia ya definitiva de Recio y tras la inscripción de seis nuevos futbolistas: retrasó a Adrián y apostó por dos delanteros en Almería. Hizo debutar a la primera de cambio a Pacheco, que ya desde el primer golpeo de balón de blanquiazul demostró su calidad y criterio en un pase horizontal que descongestionaba el juego. Pero el Málaga no cambió el guion con las variaciones, manteniendo su intensidad y trabajo desde el primer instante.
La zaga se mantiene como un baluarte decisivo, pero se incorporan nuevos elementos que ilusionan cada día más a los aficionados. N'Diaye, pese a sus impresiones de ayer, no sólo es la gran referencia del equipo blanquiazul, sino que actúa como tal, imponiendo su jerarquía y sin escatimar esfuerzos, como el resto del equipo, mientras que los hombres ofensivos afinan cada día más su gran calidad. Todos van a más, lo que abre cada día más la puerta a la esperanza.
Los sistemas de juego en Segunda son más rígidos, con menos posibilidades para la belleza, salvo en la acción que abrió el marcador para el Málaga y supuso al final la victoria: tras un magistral control orientado, Harper pasa el balón a Pacheco, que se lo devuelve para que marque un excelente gol. El canterano reafirma sus condiciones para mantenerse en el primer equipo, donde ahora ya es un fijo.
En un estadio en el que se escuchaban más al medio millar de seguidores malaguistas que se desplazaron, el equipo de Muñiz dominó, controló y mandó, aunque después del gol pasó sus primeros apuros con algunas aproximaciones muy peligrosas de los locales, con una ocasión clara que Corpas no aprovechó. El objetivo al descanso estaba cumplido ante la alegría de la numerosa afición visitante, que disfrutaba otra vez con su equipo.
Y en la reanudación todo siguió igual, aunque ya dominaba el Almería ante un Málaga que funcionaba más a arreones en ataque. Pero las aproximaciones locales incrementaban su peligro con el paso de los minutos y pidieron un penalti al entender que Pau Torres golpeó el balón con la mano. Muñiz dio entrada a Boulahroud, que debutó, y después al joven Hicham en la parte final del choque para buscar un equilibrio en el juego que se había perdido. Fue una lucha constante, y gracias a Munir, que paró al final una definitiva.
La afición malagueña aumentó sus gritos de ánimo en busca de reactivar a los suyos en los instantes finales para que no se escapara el triunfo ante un Almería que tenía embotellado al equipo blanquiazul. El cuadro blanquiazul acabó pidiendo la hora y sufriendo al máximo para conseguir un nuevo triunfo (el Almería tuvo dos ocasiones claras en los instantes finales), el tercero de tres, lo que le permite dominar y liderar la categoría en solitario.
Los seguidores pidieron la presencia en el campo de los futbolistas blanquiazul tras el encuentro, y estos aceptaron y salieron del vestuario y se acercaron a la grada malaguista. Después de algunos cánticos y gritos de alegría regresaron para marcharse y pensar ya en el choque del sábado en La Rosaleda ante el Tenerife, que será el cuarto del campeonato, otro examen para el líder.
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