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Sergio Cortés
Martes, 18 de abril 2017, 23:19
Se ha convertido en un reto, casi en una obligación. Sobre todo, porque el presidente del Málaga, Abdullah Al-Thani, está entusiasmado con la idea. Ya ha comenzado la cuenta atrás para que el Atlético Malagueño dispute la eliminatoria de ascenso a Segunda División B ( ... en su condición de campeón del grupo IX) e internamente, en las oficinas del club, comienzan a analizar todos los detalles relativos al encuentro de ida. Y en ese sentido ya se ha decidido el escenario: La Rosaleda. Los pupilos de Manel Ruano disputarán su partido en casa en el campo grande, en el estadio, donde además se espera conseguir una gran entrada.
Nunca el Malagueño arrancó con el objetivo de ascender de categoría. La prioridad siempre fue la formación de jugadores para el primer equipo. Porque de poco o nada vale un filial en una categoría superior si no aporta efectivos al conjunto titular. Ypor eso casi nunca se habló de fracaso cuando el intento de subir de categoría fue fallido. Independientemente de que se hiciera una mayor o menor inversión, a la postre lo que más pesaba en la balanza era si alguno de los jóvenes valores se asentaba en el Málaga.
Tampoco fue una excepción esta temporada. Es cierto que después del título juvenil nacional del año pasado las expectativas eran enormes, pero el entrenador del filial, Manel Ruano, supo muy pronto que la ilusión de Al-Thani estaba por encima de todo. Yeso, precisamente cuando los problemas de efectivos acuciaban al equipo por dos razones: la presencia de determinados hombres en el primer equipo para paliar las numerosas bajas y las lesiones de algunos efectivos.
A pesar del liderato conseguido con solvencia y apabullante anticipación también es cierto que esta temporada la cuota de rivales de empaque se ha reducido al mínimo, no ha sido una temporada fácil para el Atlético Malagueño. De salida contaba con un efectivo menos porque Pablo contaba (y cuenta) con ficha del filial, pero pronto En-Nesyri pasó a ser fijo en las convocatorias de Juande Ramos. Ymás tarde Luis y Ontiveros. Yen Valencia, Mula y Kuki. Pero no sólo eso. Las lesiones también golpearon al segundo equipo. En pretemporada sufrió una muy grave el lateral derecho Iván, más tarde le tocó al delantero Nané, y finalmente al centrocampista Luismi. Yencima el primer conjunto juvenil tuvo que competir en dos eliminatorias de la Youth League, la Liga de Campeones de la categoría.
Con el riesgo de incurrir en alineación indebida (es decir, que en cualquier momento no hubiera siete jugadores de la plantilla en el terreno de juego), el Malagueño mantuvo el tipo en un mano a mano durante semanas con el Antequera. Muy pronto el jeque Al-Thani comenzó a ensimismarse con el filial, a transmitir que quería ver al equipo en la categoría superior y a recalcar que había que hacer lo necesario para conseguir el objetivo. Y así no se escatimaron medios y se cerraron hasta cuatro incorporaciones: el delantero polaco Wojcik (del Alhaurino), el extremo colombiano Galeano (del Granada B, que ocupó la vacante dejada por Zelu), el medio punta fuengiroleño Harper (del Brighton&Hove Albion e internacional escocés sub-17 y sub-19) y el central Ían Pino (del Jumilla).
Pero hubo un momento clave en el que internamente se supo que Al-Thani no quería correr riesgos en el filial. Fue a raíz de la renuncia de Juande Ramos. Una vez que los cuatro entrenadores propuestos por la dirección deportiva no convencieron al presidente (Rubi, Óscar García Junyent, Sergio González y Luis García Plaza), se pusieron sobre la mesa nombres de entrenadores de la casa. El jeque descartó de antemano a Ruano, porque no quería que dejara el Malagueño, y apostó por Marcelo Romero. Eso sí, previamente hizo una ronda de consultas con los capitanes de la primera plantilla para conocer su opinión. Yestos, con un peso insólito en las últimas décadas en la historia del Málaga, respaldaron la opción del uruguayo.
Yasí paralelamente a la consolidación del Malagueño como líder inapelable del grupo IX se produjo el descalabro del primer equipo hasta quedar en una situación delicada, producto de una racha terrorífica. Hasta que semanas atrás se certificó matemáticamente esa posición de privilegio, que permite la posibilidad de obtener el ascenso a Segunda B con superar una sola eliminatoria. De no producirse, siempre queda la alternativa de lograr el objetivo si consigue pasar otras dos rondas.
Con Ontiveros y En-Nesyri
En el club confían en que esta vez el filial no deje pasar la oportunidad de subir a Segunda B. Ypara ello se va a apostar por jugar en La Rosaleda, en un campo de grandes dimensiones, decisión que comparte el propio Ruano. Precisamente en el estadio jugadores como Ontiveros o En-Nesyri pueden ser más desequilibrantes. El entrenador de la primera plantilla, Míchel, que es un hombre amante de la cantera y tiene mentalidad de hombre de club, fue el primero que planteó semanas atrás que ambos pasaran cuanto antes a la disciplina del segundo equipo para centrar todos sus esfuerzos en el objetivo del ascenso.
Ya se han producido en las oficinas algunas reuniones para perfilar detalles de ese encuentro en casa en la eliminatoria directa. Desde luego, lo que está claro es que el Málaga va a dar facilidades para que el filial esté muy arropado en las gradas de La Rosaleda. Nada puede fallar...
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