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Sergio Cortés
Domingo, 16 de abril 2017, 22:21
El sueño de Míchel, como ya confesó en su primera entrevista (con este periódico), es construir un equipo importante. Lo consiguió en el Getafe y en el Olympiacos, y pretende hacerlo en el Málaga. De ahí aquel titular tan llamativo el 23 de marzo: «El año que viene voy a estar yo, y algunos jugadores con contrato saben que tienen que espabilar en estos dos meses y medio». O el que dejó en su comparecencia el Jueves Santo: «Los jugadores no me engañan; ya sé lo que pueden dar de sí, así que se anden con cuidado». Sus advertencias han sido muy claras, incluso contundentes, y la respuesta hasta el momento, pese a los dos triunfos consecutivos, no ha podido ser más decepcionante. Por eso a día de hoy los planes del club pasan por una amplia renovación de la plantilla. Esta vez sí. ¿Hasta qué punto? La dimensión de la revolución va a depender del rendimiento de los futbolistas en el último mes de competición.
Cuando Míchel decidió aceptar la oferta del Málaga, puso como primera condición que antes se resolviera la situación de Marcelo Romero. Pero también recalcó que si daba el paso era para encabezar un proyecto con continuidad y en el que pudiera tener peso en las decisiones. Así se lo garantizó el club. A estas alturas lo que sí tiene claro el entrenador es que, empleando sus palabras de finales de marzo, algunos jugadores van a tener que espabilar mucho de aquí al 20 de mayo.
Porque sí conviene incidir en que a estas alturas de la película Míchel y el director deportivo, Francesc Arnau, van de la mano. El decisivo triunfo en Gijón (frente a un rival muy inferior y que tenía hasta ocho bajas) y el Malagazo ante el Barcelona no bastan. La imagen del equipo deja bastante que desear y, aunque el entrenador públicamente se refiera a aspectos relacionados con la actitud (básicamente, la falta de intensidad), ya ha asumido que tiene lo que tiene. Es decir, como sentenció Juande. De ahí ese «los jugadores no me engañan; ya sé lo que pueden dar de sí».
Meter el bisturí
Que la planificación desemboque en una renovación más o menos amplia, que al final se opte por meter el bisturí de verdad y con pulso firme, va a depender del desenlace de la temporada y de la mejora o no de determinados futbolistas. Algunas pautas ya están marcadas e incluso algunas decisiones están ya tomadas. Evidentemente, no todas. Tampoco habrá excesivas novedades en algunos casos. Ahí está el rendimiento de los cedidos (el meta Boyko, los defensas Llorente y Juan Carlos, los medios Kuzmanovic y José Rodríguez, o el delantero Peñaranda). Este último, por ejemplo, tiene una teporada más, pero existe el precedente de un futbolista (Luis Alberto) que no cumplió su segundo año de préstamo. O ahí está también el caso de Sandro, cuyo traspaso está más que cantado. El Málaga tuvo que aceptar que contara con una cláusula de rescisión muy baja para poder ficharlo esta temporada y al canario no le van a faltar pretendientes. Si en diciembre no salió fue por sus problemas físicos y porque él sabía que tendría más opciones en junio si completaba la temporada con un buen número de goles.
Incluso, tampoco es un secreto que no entrarán en los planes del club los jugadores de la primera plantilla que están cedidos; es decir, Cifu (Girona), Horta (Sporting de Braga) y Tighadouini (Vitesse). Y luego habrá que ver la decisión que se adopta con los jugadores que acaban contrato, todos veteranos. Weligton, con 37 años, ya está de baja federativa por sus problemas de rodilla; Duda, que cumplirá esa edad en junio, apenas juega, y Demichelis, con 36, se ha caído de la alineación. El grupo se completa con Charles, con 33 años recién cumplidos. El brasileño ya no puede alcanzar la cifra de partidos (25) para que se hiciera efectiva la renovación automática.
Con contrato en vigor
Como Míchel se ha encargado de advertir con meridiana claridad, la clave va a estar en aquellos jugadores con contrato en vigor. El grupo es numeroso, con quince jugadores (Kameni, Rosales, Torres, Luis Hernández, Koné, Mikel, Ricca, Camacho, Recio, Pablo, Keko, Juanpi, Jony y Chory Castro), pero es probable que se produzca algún traspaso más (la relación entre Camacho y el club es muy tensa porque no ha habido contactos en firme para la revisión de su contrato) y también que salgan al menos otros dos futbolistas. Koné, no es un secreto, es el primero de los candidatos. La decepcionante temporada puede deparar alguna que otra sorpresa a menos que se produzca un drástico cambio en el rendimiento de determinados jugadores.
Es evidente que el aspecto económico puede influir en ser más o menos firmes en la revolución, pero Arnau y Míchel están en la misma sintonía. El técnico va a tener mucho peso en las decisiones. Quiere construir un equipo importante en Málaga y además, a la vista del rendimiento de los futbolistas, las medidas no van a ser cuestionadas por los aficionados. Por drásticas que sean.
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