Antonio Góngora
Lunes, 6 de marzo 2017, 19:10
El Málaga ya no se concentraba el día antes de los partidos de casa, excepto en aquellos que se disputaran por la mañana. Pero en esta ocasión, la plantilla tiene previsto reunirse el viernes en el hotel Tryp Guadalmar, a la espera del choque del sábado contra el Alavés en La Rosaleda, a las 18.30 horas. La trascendencia del encuentro ha motivado que desde el cuerpo técnico hayan decidido recuperar las antiguas costumbres, por lo que los futbolistas pernoctarán fuera de sus domicilios.
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La mala racha del conjunto de Martiricos, pese a que todavía siga a siete puntos de las plazas de descenso, preocupa cada día más en el club. El equipo no reacciona, sumando sólo cinco puntos en los diez últimos encuentros, los que corresponden con la etapa de Marcelo Romero en el banquillo malaguista (Juande ya se marchó acumulando la dura derrota de Sevilla y la eliminación en la Copa). De esta forma, el choque frente al equipo vasco se convierte en una especie de final.
El Málaga deberá afrontar compromisos muy complicados en casa en la recta final del campeonato, por lo que este encuentro cobra una relevancia especial. Tras el once vitoriano visitarán Martiricos el Atlético, el Barcelona, el Valencia, el Sevilla, el Celta y el Real Madrid (con este último compromiso acabará la Liga).
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