Charles lucha por el balón.

El Málaga se hunde ante el Betis (1-2)

Inoperante en ataque y desbordado en el centro del campo, estuvo a merced del rival en la segunda parte y cedió los tres puntos

Sergio Cortés

Martes, 28 de febrero 2017, 22:40

Probablemente Marcelo Romero y los jugadores seguirán a lo suyo, con el mensaje de que las sensaciones son buenas y de que existe mejoría en el juego. Pero la realidad es incontestable: cinco puntos de 27 en esta etapa. Y lo que peor, el temor ... a que el desplome continúe. Inoperante en ataque (previsible hasta la saciedad), desbordado en el centro del campo y con muchos jugadores a un nivel bajísimo, el Málaga cedió los tras puntos y vio remontado un 1-0 en una segunda parte calamitosa y en la que estuvo a merced del Betis.

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Y eso que el Málaga comienza a tener un once reconocible, aunque finalmente se cayó una de las piezas más importantes. Competición no estimó las alegaciones por la segunda amarilla que vio Rosales en Eibar, así que el polivalente (y más defensivo) Torres jugó como lateral derecho. Por lo demás, fue el equipo habitual para superar a un Betis que ya definitivamente se ha visto abocado a jugar con cinco defensas, síntoma evidente de que con la acumulación de efectivos trata de subsanar su alarmante fragilidad.

No se puede decir que el duelo decepcionara, porque con el nivel que vienen mostrando ambos equipos no podía esperarse mucho más. La primera parte fue infumable, sin una sola jugada que tuviera ligazón y, lo más preocupante, sin la más mínima idea de lo que uno u otro pretendían hacer. El Málaga se empotró en la maraña de jugadores verdiblancos, que con un puñado de futbolistas muy vulgares se limitó a salir, eso sí, sin pelotazos. Al principio estos encontraron más espacios, porque tras una breve triangulación buscaban la apertura a la banda contraria. Las dificultades cesaron cuando los locales supieron bascular a tiempo para neutralizarlo. Aun así, costó porque ni Chory Castro ni Keko siguieron a los laterales Rafa Navarro y Álex Martínez.

Del Málaga hubo pocas noticias. Mucha insistencia y muy pocas ideas. El único recurso fueron los saques de banda de Luis Hernández (hasta cuatro), que resolvieron los zagueros visitantes con acumulación de 'torres'. Dado que José Rodríguez no asumía absolutamente nada, ni siquiera en la salida del balón, fue Pablo el que tomó las riendas. Expuso tanto que cometió varios errores en la entrega, pero hay que poner en valor la tenacidad del castellonense. Tanta, que encontró premio en un regalo de Tosca, idéntico al del osasunista Causic el domingo por la mañana en el campo del Espanyol. Por cierto, la definición ya la querrían firmar algunos delanteros...

El gol, al filo del descanso, permitía cierto optimismo dada la falta de recursos del Betis, aunque después del 1-0 Camacho y José Rodríguez volvieron a quedar en evidencia. Víctor debió de verlo claro porque recurríó a Ceballos, jugador de innegable talento y que, como se suele decir, no regala una carrera. Entre él y Rubén Pardo desnudaron al Málaga, que no hizo más que correr detrás del balón.

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El Málaga fue un títere en manos del Betis. El dominio verdiblanco era apabullante mientras el equipo local carecía de la más mínima capacidad para recuperar la pelota. Los medios centro eran incapaces de contener y Pablo estaba demasiado solo para recuperar la pelota. Keko había sido neutralizado desde el primer minuto -a veces, hasta con tres contrarios encima-, Chory Castro hace tiempo que es incapaz de desbordar y de tapar, y Charles es lo que es y está como está.

El empate se veía venir y Brasanac destrozó a Camacho en el centro del campo y metió un balón al espacio que pilló a Demichelis con el pie cambiado. Jonas no perdonó ante Kameni, que se venció demasiado pronto. Romero comenzó con su habitual cambio de pieza por pieza y prescindió de los extremos cuando lo que se necesitaba era sacar al equipo con un jugador arriba de profundidad o velocidad. El control del Betis no se redujo lo más mínimo mientras el temor y los murmullos crecían en la grada.

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La falta de reacción en el banquillo y el escaso nivel de los jugadores -no sólo en intensidad, sino también en calidad- comenzaron a pasar factura mientras los centrales debían asumir más de la cuenta. Un balón en largo al que no llegó a despejar bien Demichelis y un resbalón de Luis Hernández dejaron solo a Sanabria delante de Kameni, que de nuevo aguantó muy poco en el mano a mano. Ahora sí, Romero recurrió a En-Nesyri por un intrascendente José Rodríguez. El Betis metió la marcha atrás y se protegió para evitar que Ontiveros, Jony o el marroquí movieran el árbol desde la banda. Sólo concedió una opción, para Charles, que erró. El público se vino arriba en la recta final, si cabe con más convicción que los jugadores. Las alarmas se han encendido definitivamente. Ya no es tiempo de excusas.

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