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Pedro Luis Alonso
Domingo, 19 de febrero 2017, 23:31
Ocho jornadas duró Paco Herrera al frente de Las Palmas en el regreso del cuadro canario a la élite. El club eligió a Quique Setién, que ya había dejado sus credenciales en el Lugo en Segunda. La decisión no pudo ser más acertada. El equipo comenzó a mostrar una identidad acusada, un estilo basado en el toque y el buen trato al balón que entronca con la idiosincrasia del fútbol canario de siempre. En una plantilla con un predominio de jugadores locales, la decisión parecía la correcta, máxime si hasta los resultados eran favorables. Sin el cántabro sólo se había ganado un partido, y el equipo remontó desde la cola y acabó undécimo el torneo. La entidad aún no lo ha renovado, tras rechazar este la primera oferta.
Al ritmo de Roque Mesa
En su primera campaña en la élite su fútbol causó más impacto que en la actual, cuando es un rostro más conocido, pero Las Palmas gira en torno a Roque Mesa, que parece más un medio centro organizador de los 80. Es el faro, apenas comete errores y otorga orden al fútbol ofensivo amarillo. Su ritmo lento también pausa en exceso la ofensiva, induce al conjunto a recrearse en el pase horizontal, a muchos metros de distancia del área rival y sin avanzar. En zonas de tres cuartos de campo aparece otra figura clave, Jonathan Viera, este más intermitente.
Problemas disciplinarios
La temporada no ha sido sencilla en Las Palmas, con varios problemas disciplinarios. Setién se ha visto obligado a administrar castigos. Araujo, cedido al AEK de Atenas, dio más de un positivo en controles de alcoholemia; Jonathan Viera ha recibido más de un correctivo, como Livaja y hasta Tana. Al final, el de peor fama, Boateng, se comporta.
Fichajes invernales
En un equipo repleto de talento ofensivo, con muchos jugadores geniales o con capacidad de salir con desborde en espacios reducidos (los Momo,El Zhar, Jonathan Viera, Tana,...) el club se hizo con dos más en enero: Halilovic y Jesé. Capítulo aparte para este último, una prolongada aspiración. Ahora bien, el exmadridista, que no encontró su acomodo en el París Saint-Germain, no ha empezado con buen pie la etapa en casa, con dos derrotas por la mínima (ante el Granada y el Sevilla) y desperdiciando una oportunidad clara en Los Cármenes. Actúa escorado en la banda izquierda.
Descompensación
Las Palmas llega a La Rosaleda sin Michel (un lateral muy importante en la parcela ofensiva), Momo, Montoro y Livaja.Además, durante el curso ha sido víctima de la carencia de un nueve de garantías. Además de los problemas de Araujo, Livaja no ha terminado de encajar, y es Boateng, un jugador que destaca más como centrocampista llegador, el que oficia de nueve.
Improductivo fuera
Las Palmas genera sólo críticas positivas a su alrededor con su estilo reconocible. La salida del balón jugado, con especialistas defensivos como Lemos, es innegociable, pero tanta posesión no garantiza victorias. El déficit es claro fuera. Si en casa perdió por primera vez hace ocho días ante el Sevilla (0-1), lejos de la isla suma nada más que una victoria, en Mestalla (2-4), pero en la primera jornada. Y ya ha llovido.
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