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Pedro Luis Alonso
Martes, 14 de febrero 2017, 23:46
Sólo los resultados no terminan de darle la razón a la etapa de Marcelo Romero al frente de la plantilla malaguista. Losdos puntos de dieciocho sumados (en los empates en Pamplona y Villarreal) constituyen la peor de las críticas a la actual etapa. Este nuevo ... momento ha suscitado elogios cerca y lejos de la ciudad, pero la conjunción de los arbitrajes adversos (nueva unanimidad al respecto) y la falta de acierto en la definición en otras ocasiones han privado de refrendo al trabajo iniciado desde las últimas horas de 2016.
De lo que no cabe duda es de que este Málaga es un nuevo Málaga. Basta repasar la alineación del domingo en el Estadio de la Cerámica un once que podría cobrar visos de continuidad, en la que casi medio equipo es novedoso. Hay al menos cinco jugadores que por una razón u otra apenas existieron en la etapa de Juande Ramos de comienzos de la temporada. Tres (Luis Hernández, Demichelis y José Rodríguez), porque llegaron en el mercado invernal, y los otros dos (Keko y Charles), porque se han pasado en torno a cuatro meses de baja y apenas se dejaron ver en la primera vuelta del campeonato. De hecho, en Villarreal fue la primera vez que ambos jugaban de titular desde sus respectivas lesiones.El punta jugó su último choque en la séptima jornada (ante elAthletic) y fue baja hasta comienzos de año, y el extremo no se alineaba desde la quinta fecha (se resintió calentando en el Benito Villamarín), y su reaparición se pospuso hasta hace sólo unas semanas. Además de estos nombres otro de los habituales es Santos, que aunque no jugó el pasado fin de semana ha pasado casi de no contar a ser uno de los habituales en el ataque.
Reconstruirse desde atrás
Como cualquier equipo en crisis de identidad y en mala racha de resultados (esto última se prolonga), la clave suele pasar por reconstruirse desde atrás, por establecer una solidez defensiva que permita rentabiizar los goles y las ocasiones que se generan en ataque. El Málaga despidió el año 2016 sin encontrar una pareja sólida de centrales, pero la ha hallado en los tres últimos partidos, en los que ha encajado otros tantos goles, a uno por choque. Las sensaciones son otras con Luis Hernández yDemichelis. El equipo ha ganado en experiencia, aplomo, tranquilidad en la salida del balón y hasta lectura de los partidos.
Otra propuesta de juego
Aunque sólo el paso de las jornadas irá definiendo mejor qué se propone Romero y hacia dónde apunta el estilo de juego, el Málaga actual parece más cercano al de las dos temporadas anteriores (con Javi Gracia en el banquillo) que al del principio del curso. La plantilla nunca terminó de amoldarse a la intención de Juan de Ramos de que la defensa jugara más adelantado y el equipo fuese más protagonista con el balón. El sistema de juego apenas ha cambiado, con un 4-2-3-1 y la variante del 4-4-2. Sin embargo, Romero vuelve a lo anterior. Se hace más uso de la opción de tirar la línea del fuera de juego como recurso defensivo, del orden en la contención, de una presión más intensa desde la primera línea (sin llegar a la que se ejecutaba con la pareja Charles-Cop) y de la velocidad en las transiciones. Con todo, la impresión general es que aún queda trabajo para asentar más esta idea y definir un once tipo, pero los jugadores en público parecen sentirse muy cómodos y confiados en el trabajo.
El peso de los veteranos
Otra de las características del nuevo Málaga es el peso específico adquirido por los capitanes o por los más veteranos de la plantilla. Hay varios hechos que lo corroboran: la decisión de fichar a Demichelis, que no fue una opción planteada inicialmente por la dirección deportiva; la ubicación de Weligton en el cuerpo técnico como nexo con la plantilla, justo en el rol que hasta diciembre asumía Romero; la confianza en Duda como recurso habitual en cada partido, incluso de titular, como ante la Real Sociedad, o el hecho de que el primer partido oficial tras el cambio, en Vigo, viajasen todos los jugadores, incluido Charles y Weligton, que no estaban en condiciones de jugar (el segundo, incluso, de baja federativa).
Los damnificados
Como en todos los cambios de entrenador hay jugadores que salen favorecidos del proceso y otros que dejan de contar. Entre los damnificados quizás el nombre más señalado es el de Llorente, que jugó siempre de titular con Juande cuando estuvo disponible, pero que nunca lo ha hecho con el uruguayo. Sólo jugó en Vigo ante la temprana lesión de Torres. No se ha planteado la opción de que se alinee de pivote, donde jugó con frecuencia en el Rayo. Además, Mikel parece haber perdido el sitio, y Koné mantiene el ostracismo en el que quedó con el anterior preparador tras la derrota en el Vicente Calderón (4-2). Finalmente, Peñaranda es el único de los cuatro fichajes invernales que parece haberse quedado rezagado de los planes. Lleva tres partidos sin entrar en la convocatoria final (aunque en dos de ellos viajara), después de participar en dos encuentros.
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