Juanfran era el recambio de Rosales

Igual que el Málaga tenía en su agenda a varios centrocampistas ante la posible marcha de Camacho, durante los meses de abril y mayo los responsables técnicos del club analizaron el mercado para encontrar un sustituto de garantías para Rosales. El venezolano era un jugador que estaba bien situado en el mercado y a la entidad de Martiricos ya habían llegado comentarios no con tanta fuerza como la apuesta del Liverpool por el medio centro sobre el interés de varios clubes. No obstante, la condición de extracomunitario del zaguero derecho jugó en su contra.

Con todo, el 12 de junio este periódico desveló el deseo de Javi Gracia, que ya había abandonado el Málaga para fichar por el Rubin Kazán, de llevarse a Rosales. Hasta que se produjo en la recta final de agosto la oferta del West Bromwich por Camacho, el único interés serio que llegó a La Rosaleda fue el del conjunto ruso por el venezolano. Hubo más ruido que nueces en la propuesta de unos representantes ajenos a Charles para el fútbol chino, así como la presentada por un interlocutor de un equipo portugués por Recio (de la oferta inicial se pasó a una «ridícula» cuando las partes se sentaron a la mesa).

Ya en junio el club tenía activada una alternativa a Rosales. Se trataba de Juanfran, que había estado por segunda vez cedido en el Deportivo por el Watford (equipo al que fue traspasado Amrabat). Las negociaciones estuvieron avanzadas e incluso el jugador estuvo muy pendiente de que se cerrara el acuerdo. La opción era muy interesante, porque a sus 27 años el madrileño, extremo en sus comienzos, se había afianzado muy bien como lateral. En la Liga había disputado 34 partidos con más de 2.500 minutos. Además, era un futbolista que no iba a tener problemas de adaptación porque había sido compañero de Juan Carlos (otro extremo reconvertido) dos años en el Castilla y uno en el Betis. Pero eso sí, al contrario que el futbolista zurdo, era más asiduo a la función de lateral.

Situación enquistada

Además del interés del Rubin Kazán, la situación de Rosales también estaba algo enquistada. De hecho, solo después de la visita de su representante y de una tensa reunión se despejó el panorama en lo relativo al contrato del venezolano con el Málaga. El futbolista terminaba al término de esta temporada, pero también contaba con una cláusula de renovación automática si disputaba 25 partidos oficiales (y como es norma de la casa, con un mínimo de 45 minutos en cada uno).

Al final ambas partes coincidieron en la necesidad de comenzar la negociación para un nuevo contrato con el fin de evitar que esa cláusula pudiera marcar luego la aportación del futbolista esta temporada. Casi tres meses más tarde, a mediados de septiembre, el Málaga anunció la ampliación de la vinculación del venezolano por dos años más, hasta 2019 (aunque inicialmente se habló de tres años). Por su parte, Juanfran no tardó en encontrar destino: el 7 de julio el Watford y el Deportivo anunciaban el acuerdo para que el madrileño afrontara su tercera etapa en el equipo gallego, solo que esta vez con opción de compra.