Pedro Luis Alonso
Viernes, 22 de abril 2016, 05:29
Los caminos del Málaga, el Atlético de Madrid y el Barcelona vuelven a unirse dos años después. El cuadro de La Rosaleda será de nuevo juez de la Liga, con el cuadro colchonero cerca del título y el azulgrana como principal favorecido en el caso ... de que fallara el inquilino del Vicente Calderón. En la temporada 2013-14 el Málaga estuvo a punto de liarla, y está por ver si mañana será capaz de nuevo de incendiar la Liga.
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Hay que recordar que el Málaga empató (1-1) en su visita al estadio de la ribera del Manzanares. Era la penúltima jornada y el Atlético de Madrid lideraba el torneo dependiendo de sí mismo para ganarlo. Podía incluso entonar el alirón esa tarde, si ganaba y no lo hacía el Barcelona. Sin embargo, solo se dio una de las dos circunstancias. Ambos empataron, y siguieron distanciados por tres puntos y enfrentándose entre sí en el Camp Nou en la jornada final. Entonces el 1-1 dio la Liga al Atlético, pero un tanto inicial del Barcelona había cambiado por unos instantes el rumbo de la competición. Godín fue el héroe.
Fue realmente una proeza que el Málaga puntuara aquel 11 de mayo (de 2014) en el Vicente Calderón. Le valió el punto para certificar la permanencia matemática. El Málaga entrenado por Bernd Schuster, que fue a más en la segunda vuelta, tuvo el mérito de salir adelante en una campaña de renovación, sin siete de los titulares del curso anterior (Demichelis, Toulalan, Iturra, Isco, Joaquín, Baptista y Saviola) y sin una clara referencia realizadora en la plantilla.
El Atlético regresó ayer a los entrenamientos (en Majadahonda) pendiente del estado físico del líder de su defensa, Diego Godín, que sufrió una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna derecha en el duelo del miércoles en San Mamés. A la espera de las pruebas a las que será sometido, será baja mañana (18.15 horas) contra el Málaga y puede que en el importante choque de ida de las semifinales de la Champions ante el Bayern Múnich, el miércoles (20.45). Además, el otro central titular, Giménez, ya ultima su puesta a punto de una lesión muscular en el bíceps femoral y se entrena con el grupo desde hace una semana, pero aún no tiene el alta médica. El central se ha perdido los últimos seis partidos por esa dolencia.
El Málaga jugó aquel partido con un planteamiento singular, sin un 4-2-3-1 claro, porque Camacho siguió los movimientos de Raúl García por todo el campo. Samu, ahora en el Villarreal, logró el 0-1 en una maniobra extraña. Un balón largo con bote, sorprendió a la zaga atlética y fue el más rápido en llegar para adelantarse con una sutil vaselina para deshacerse de Courtois y Miranda. Luego marcó de cabeza en posición escorada. El Atlético empató poco después en un saque de esquina, pero la acción más recordada del partido se dio en el tiempo añadido, cuando Caballero detuvo a mano cambiada un tiro de rosca de un exmalaguista,Adrián.De haber entrado hubiera supuesto el título.
Algunas circunstancias serán parecidas mañana. El Málaga busca la permanencia matemática, pero acude con muy pocas urgencias, quizás ninguna si se exceptúa el deseo de buscar el mejor puesto clasificatorio final. Por su parte, el Atlético está cerca del título, aunque ahora quedan cuatro jornadas y es segundo (no primero), pero con los mismos puntos que el Barcelona, que vuelve a ser su máximo rival. También es aspirante el Real Madrid, con un punto menos.
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Así, el Málaga vuelve a adquirir la categoría de juez de la Liga. No será la única vez en los últimos tiempos. Cabe recordar también lo sucedido en la última jornada de la Liga 2009-10, cuando el Barcelona y el Real Madrid (que jugaba en La Rosaleda) aún optaban al título. Solo los azulgrana, con un punto de renta antes del último partido, dependían de sí mismos, y no fallaron en su campo ante el Valladolid (4-0). Precisamente la evolución en ese partido, que pronto quedó decantado, fue lo que dio a la postre la permanencia al Málaga, que llegó con la soga al cuello. Duda marcó en el minuto 8, Van der Vaart empató en el 46 y el marcador ya no se movió. Hubo una tregua: los blancos ya no optaban a la Liga y no querían hacer sangre, y a los locales les bastaba para sobrevivir.
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