La Academia, otra vez en el olvido

¿Cuál es el problema? Parece que no existe o que no es importante, pero deberá firmarse un convenio entre la Fundación del Málaga y el Ayuntamiento que abra la puerta a los permisos finales y el arranque de las obras. Hace meses que estaba previsto que se rubricara este acuerdo esencial, pero unos trámites administrativos relativos a la Fundación y los deseos del jeque de estar presente en esta puesta en marcha del proyecto siguen demorando el comienzo de los trabajos de la nueva ciudad deportiva en los complejos terrenos de Arraijanal.

Las fuentes consultadas aseguran que se han mantenido contactos entre las partes tras la destitución de los anteriores gestores de la entidad (Vicente Casado y Manuel Novo). Ya no existen problemas complejos ni hay que solicitar más informes. El camino está ya limpio, pero el proyecto está completamente parado a la espera, en principio, de que llegue el propietario del club a la ciudad, algo que no se sabe cuándo sucederá.

Al margen de las autorizaciones de gobierno autónomo, cuyos trámites se alargaron de una forma importante, el segundo aspecto más importante se centraba en la financiación del proyecto, ya que el Málaga no disponía de capacidad económica para desarrollar un proyecto cuyo coste se puede acercar a los quince millones de euros.

De ahí que las obras se dividieran en tres fases, con una primera básica para que los equipos de la cantera malaguista pudieran tener acomodo en la nueva instalación. El coste inmediato, de esta forma, se reducía a poco más de cinco millones y permitiría la construcción de hasta tres campos y el resto de las obras complementarias de urbanización de la zona, vestuarios y cafetería.

Venta de El Viso

Para afrontar la primera fase, sin embargo, tampoco tenía dinero el Málaga. Pero esta financiación inicial también estaba encaminada, ya que el club cerró un acuerdo para la venta de los terrenos de El Viso por 4,5 millones. Y también incluyó en el presupuesto para esta temporada una partida para completar el dinero necesario para acometer la fase inicial. De ahí que todo parecía controlado y el comienzo de las obras sí que estaba ya cercana.

Pero hace meses que ya no se habla de La Academia. Los jóvenes canteranos ya se han adaptado a entrenarse y disputar sus encuentros en distintos campos de la ciudad. A los numerosos niños de fuera de Málaga que residen en las instalaciones de la Universidad Laboral y a los que militan en las divisiones inferiores de la ciudad y la provincia apenas les importa ya dónde van a entrenarse cada día (porque no siempre lo hacen en el mismo lugar), aunque la imagen del club se sigue resintiendo.

Pero este problema de la ciudad deportiva, pese a todo, no está repercutiendo en el hallazgo de nuevas figuras del fútbol. La cantera del Málaga siempre aportó futbolistas de nivel al equipo de La Rosaleda. En este último periodo esta selección de canteranos, además, ha estado ayudado por la clara apuesta de los entrenadores por los jóvenes: ya hizo de una forma clara Bernd Schuster y, sobre todo, ahora Javi Gracia.

La inversión en la cantera, que en el caso del club de Martiricos es muy importante, se ve recompensada con la llegada de futbolistas al primer equipo, algo que eleva el nivel y también permite, en su caso, la obtención de importantes ingresos económicos, como ocurrió el pasado verano con la venta de cinco de estos futbolistas (Juanmi, Samu, Portillo, Darder y Castillejo). El valor de estos traspasos estuvo por encima de los 37 millones. En este caso, cuatro de ellos nacidos y formados en Málaga.

Otros clubes sí se inclinaron en su día por construir grandes instalaciones que les permitieran que la formación de los jóvenes fuese la más adecuada en todos los órdenes, lo que les ha permitido disponer siempre de nuevos valores que ofrecen potencial y patrimonio. En el Málaga también apostaron siempre por La Academia, pero a la hora de llevar a la práctica las iniciativas siempre aparecieron los problemas por alguna parte. De ahí que la entidad de La Rosaleda continúe sin ciudad deportiva y con los cientos de niños que componen sus equipos inferiores esparcidos por la ciudad (aunque muy bien atendidos por todos los pequeños clubes que les permiten entrenarse en sus campos, construidos en todos los casos por el Ayuntamiento).