Weligton, tras ser expulsado contra el Sevilla.

La del Juego Limpio, una lista engañosa

El Málaga es último, pero ha visto menos amarillas y rojas que otros equipos

Juan Antonio Morgado

Viernes, 29 de mayo 2015, 05:10

Cualquiera que no siga asiduamente la Liga española de fútbol y vea por azar la clasificación del Juego Limpio, puede llevarse una impresión errónea. Sobre todo cuando vea que el Málaga es el último en esta lista, con 148 puntos. ¿Es el equipo blanquiazul un grupo de jugadores leñeros? No es esa la impresión que se tiene después de ver todos los partidos de la temporada, con sus correspondientes tiempos añadidos y todo.

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El conjunto de La Rosaleda ha visto 116 tarjetas amarillas (29 de ellas, por causas ajenas a las faltas habituales; es decir, por protestarle al árbitro, encararse con un contrario, simular falta o pérdida de tiempo) y ocho rojas. En el recuento sale a una media de 3,1 por partido, y solo en uno (ante el Córdoba, en la jornada 27) se quedó limpio de amonestaciones. En el apartado de amarillas se ve superado por nueve equipos, y en el de las expulsiones, por tres. Solo las sanciones al club por diversos incidentes de público lo llevan a caer hasta el último puesto. Pero este dato es desconocido para una gran mayoría de aficionados, que se ciñen al criterio de las tarjetas acumuladas para interpretar la lista del Juego Limpio.

El Málaga empezó mal la Liga en el aspecto disciplinario, ya que en el primer partido (contra el Athletic, en el campo de Martiricos) vio cómo le expulsaban a dos jugadores, Duda y Antunes. Aunque ambos castigos fueron justos y al final del encuentro (minutos 88 y 92), el equipo de Gracia pasó muchos apuros para mantener el 1-0, ya que Mateu Lahoz añadió nada menos que seis minutos. El colegiado valenciano le anuló dos goles al Athletic en jugadas muy polémicas. Analizadas posteriormente en televisión pudo comprobarse que el árbitro acertó. Pero en los medios de alcance nacional el discurso más aireado fue que el Málaga se había visto beneficiado por esas decisiones.

Nadie puede saber si eso influyó en los siguientes arbitrajes que tuvo el equipo blanquiazul, pero lo cierto es que se quedó con diez jugadores en cuatro de los siguientes 11 partidos. De los seis expulsados en los 12 primeros enfrentamientos ligueros, dos fueron de forma injusta: Sergi Darder tuvo que abandonar el campo en el duelo con el Valencia en Mestalla en el minuto 27 por una entrada que no mereció semejante castigo por parte de Estrada Fernández. Algo parecido sucedió con la expulsión de Samu por doble amarilla en el choque contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. La segunda amonestación solo se debió a una interpretación sesgada del colegiado. El Málaga, que perdía 2-0 y logró el 2-1 por medio de Santa Cruz, vio cortadas sus grandes opciones de igualada (tuvo al rival acorralado) con esa expulsión a cargo de Fernando Teixeira Vitienes en el minuto 73.

Esa roja fue un punto de inflexión en el devenir de los duros castigos a jugadores malaguistas. En el club hubo autocrítica para evitar esa sangría, pero los árbitros reflexionarían también. La realidad es que el equipo blanquiazul no se quedó con 10 de nuevo hasta 16 jornadas después, contra el Rayo. Angeleri vio dos amarillas y abandonó el campo.

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Tuvieron que pasar 10 jornadas para que el Málaga volviera a quedarse en inferioridad. Fue en la última, en una acción en la que Weligton movió el brazo hacia la cara de Gameiro en el minuto 26. El central podría haber evitado la acción para no dar pie a ser expulsado, pero en un derbi en el que ambos equipos se jugaban mucho, pareció excesiva la decisión del asistente, que avisó a Iglesias Villanueva. Con la amarilla se podría haber arreglado, pero el árbitro gallego tuvo poca mano izquierda.

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