Baja producción goleadora

El partido del Málaga el sábado puso de manifiesto sus carencias goleadoras esta temporada, aunque ante todo debe quedar clara la enorme rentabilidad que el equipo blanquiazul les ha sacado a las pocas dianas conseguidas para un conjunto que ocupa el séptimo lugar en la clasificación y que es superior a los seis equipos que lo preceden. Con 25 tantos a favor, acumula 35 puntos, mientras que su inmediato perseguidor, el Espanyol, lleva seis puntos menos con cinco goles más. El sexto, el Villarreal, ha marcado 37, 12 más que el Málaga, y el quinto, el Sevilla, 39.

Los problemas de los pupilos de Gracia para perforar la portería contraria, ya notorios desde principios de temporada, se han acentuado en 2015. Desde que comenzó el año han disputado siete partidos de Liga, con una pírrica cifra de cinco goles que le han reportado otros tantos puntos. En ninguno de los encuentros jugados desde enero han marcado los jugadores blanquiazules más de un gol, un dato preocupante, porque se trata de un mal que venía avisando desde principios de temporada y al que no se le ha puesto remedio. Mientras que en anteriores fases de la campaña esa cantidad de dianas le han permitido sumar victorias al conseguirse con el resultado mínimo a favor, en 2015 solo el 1-0 ante el Valencia supuso un triunfo, el único tras la vuelta de las vacaciones, por cuatro derrotas y dos empates.

Pocas ocasiones

La causa de la escasa eficacia del Málaga ante las porterías rivales está en la escasez de ocasiones que su fútbol genera. Sin ir más lejos, contra el Espanyol solo quedaron anotadas dos claras: un intento de Juanmi de levantar el balón por encima de Casilla tras recibir un precioso pase al hueco de Samu por encima de la zaga rival, jugada en la que el coineño estaba en fuera de juego y que el árbitro no vio (compensó sin quererlo Gil Manzano el que le señaló al propio Juanmi sin que fuera cuando el delantero se quedaba solo delante de Casilla) y el penalti marrado por Amrabat. Escaso bagaje de oportunidades para un encuentro en casa y en el que solo disparó cuatro veces entre los tres palos en 93 minutos.

En el duelo anterior, contra el Levante, si se exceptúa el gol de Juanmi (que abrió el marcador), las huestes de Gracia no inquietaron al portero adversario. Mientras que ante el Valencia, compromiso en el que el conjunto blanquiazul redondeó uno de los mejores partidos del año, las ocasiones pudieron contarse con los dedos de una mano y sobró uno. Paradójicamente, el Málaga solo se ha quedado sin marcar en seis partidos, pero de los 17 duelos en los que ha visto puerta, solo en seis ha anotado más de un gol (cinco veces ha logrado dos, y en una ocasión, cuatro).

Porcentaje de acierto

En una temporada en la que el equipo igualó el récord anterior de puntos logrados en la primera vuelta, con 31, el porcentaje de acierto ha bajado considerablemente si se establece como corte el descanso navideño. En los 16 primeros partidos disputados consiguió 30 puntos, mientras que en los siete restantes, solo cinco. Le habrían correspondido 13, lo que le habría servido para ocupar ahora el sexto puesto.

El entrenador del Málaga ha probado ya casi con todas las opciones posibles con vistas a aumentar la producción goleadora del equipo, pero lejos de mejorar, ha empeorado. Y eso que el porcentaje de tantos conseguidos en función de las ocasiones es bastante alto. La última de las variantes fue la de los cuatro malagueños con prestaciones muy ofensivas, como son Javi Guerra, Juanmi, Samu Castillejo y Samu. Gracia puso a este cuarteto por primera vez junto ante el Valencia y lo mantuvo contra el Levante, con desigual resultado. Frente al Espanyol, el técnico pamplonés lo rompió para dar entrada a Amrabat en lugar del ariete veleño. Javi Guerra salió en la segunda parte por Juanmi, y el internacional marroquí pasó a jugar de segundo punta. Amrabat no rinde al cien por cien ni como delantero centro ni como segundo punta, sino entrando por cualquiera de las bandas. Para buscarle acomodo en las alas, el entrenador malaguista debería prescindir de Samu o Castillejo, algo que parece innegociable desde que los dos canteranos desplazaran del equipo inicial a Luis Alberto y Horta.

Sin que la producción goleadora fuera excesiva cuando Santa Cruz estaba todavía en la plantilla, el Málaga echa de menos a un jugador que, como el paraguayo, juegue de espaldas y cubra el balón para buscar las llegadas de los hombres de segunda línea. También puede que acuse el equipo a la larga la ausencia de Antunes, con un recorrido más amplio que Boka por la banda izquierda.

Afortunadamente para el Málaga, la firmeza defensiva mantenida durante todo el curso le ha permitido sacar una alta rentabilidad de los pocos goles conseguidos. De todas maneras, el equipo encajó el sábado un tanto a balón parado, lance que se ha repetido más de la cuenta en los últimos partidos.