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Juan Antonio Morgado
Martes, 6 de enero 2015, 00:20
Sin solución de continuidad, el Málaga, que disputó el sábado el primer partido liguero del año con un revés, debe afrontar otra cita tres días después. Se trata de un torneo distinto, aunque no menos importante, porque esta temporada la Copa del Rey le ofrece al conjunto blanquiazul el aliciente de la ausencia de equipos grandes en la parte del cuadro por la que marchan sus eliminatorias. Solventado con éxito el doble duelo contra el Deportivo, hoy le toca el turno al Levante, con el que no pudieron los hombres de Javi Gracia en la tercera jornada de la competición de la regularidad. Ni con 20 córneres a favor consiguió el equipo de La Rosaleda perforar la meta del rival valenciano, que tampoco marcó porque apenas lo intentó.
Tiene, pues, el Málaga un doble reto en el encuentro copero de esta tarde a las 19.00 (se nos va a hacer extraño jugar tan pronto, pero lo agradecemos los periodistas y supongo que también los niños): vencer al equipo entrenado ahora por Lucas Alcaraz (en el duelo de Liga del 13 de septiembre el técnico levantinista era Mendilibar) y borrar de un plumazo la mala imagen ofrecida en la vuelta de las vacaciones, el sábado ante un Almería que hizo valer su mayor agresividad y mejor puesta en escena.
El entrenador del Levante, Lucas Alcaraz que sustituyó a José Luis Mendilibar, destituido tras la octava jornada, lo tiene claro. Decimoséptimo en la tabla, la prioridad es la Liga. Por eso, el entrenador granadino ha reservado nada menos que a siete jugadores, seis de ellos titulares el sábado contra el Atlético de Madrid. Al grupo se une la ausencia de Diop, en la Copa África. Para colmo, el equipo granota tiene partido el viernes contra el Deportivo, un rival directo, ya que ocupa la decimosexta plaza de la clasificación, con 16 puntos, uno más que el conjunto valenciano. A pesar de las ausencias, el Levante no perderá el sello de equipo aguerrido y ordenado con el que marca Alcaraz a sus formaciones.
Aunque Gracia rehúye excusarse en las numerosas bajas que asuelan a su plantilla desde el principio de temporada, no es ajeno el preparador navarro al importante papel que juegan en su formación los Weligton, Sergio Sánchez o Camacho, sin olvidar la baja de Santa Cruz, más sensible todavía con los ausentes citados. El paraguayo no se limitaba a cumplir con sus tareas en ataque, sino que era un bastión en las jugadas a balón parado de los rivales. La envergadura del 9 sudamericano ha resuelto no pocas situaciones de apuro en los envíos al área de Kameni.
Sin querer ahondar en exceso en el problema, Gracia aludió soterradamente a bajas inesperadas sin que hayan llegado los relevos. Así las cosas, y a la espera de poder contar con Filipenko, que ha sido fichado hasta 2017, poco margen de maniobra tiene el entrenador pamplonés en el caso de que quiera darles descanso a algunos de sus hombres con vistas al no menos importante duelo del sábado contra el Villarreal. Está ante un auténtico dilema el técnico blanquiazul, porque la buena marcha liguera no debe verse resentida por la Copa, pero tiene una gran oportunidad de llegar lejos en el torneo del K. O., su asignatura pendiente. Gracia hará algunos cambios respecto al partido contra el Almería, aunque las bajas no le dan mucho margen de maniobra, sobre todo en la zaga, en la que dispone solo de cinco efectivos, los que jugaron el sábado más Casado.
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