Sergio Cortés
Martes, 9 de diciembre 2014, 00:40
Que el Málaga haya acumulado 24 puntos en 14 partidos no supone una sorpresa para sus técnicos. Que se haya convertido en un equipo tan dinámico como incómodo, tampoco. Siempre se ha dicho que se juega como se entrena. Y a este lema se aferran ... en privado Javi Gracia y su grupo de trabajo para encontrar la principal clave del éxito. Los elogios a los futbolistas no son gratuitos, porque este Málaga corre más que nunca, más que ningún otro. De hecho, según los datos internos que se manejan, superó en los kilómetros recorridos durante el partido a todos sus rivales, excepto al Getafe, en un partido que curiosamente suele ser calificado de «empanada» por parte de los responsables de la plantilla.
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«El nivel al que se entrenan los jugadores es muy alto. Solo hay que ver los datos», le explicaba no hace mucho el preparador físico, Juan So-lla, a un amigo. «La verdad, a nosotros no nos extraña lo que vemos», confesaba el gallego, persona de muy pocas valoraciones cara al exterior (como Gracia y sus otros dos técnicos de confianza incorporados en verano, Íñigo Arteaga e Ibán Andrés). La tecnología no está al servicio del fútbol en cuestiones plagadas de polémica (sobre todo, en lo concerniente a decisiones arbitrales), pero sí de los preparadores o los analistas. Igual que nada más concluir un encuentro el entrenador ya tiene a su disposición todas las imágenes, las cámaras instaladas en los estadios permiten disponer del más mínimo detalle para ser escrutado y valorado. Antes se empleaba el programa Amisco y ahora se cuenta con Mediacoach, este último adquirido por la Liga Profesional para suministrar los datos a los clubes.
Medios técnicos
Pero no solo los partidos. También los entrenamientos. Ese «a nosotros no nos extraña lo que vemos» de Solla guarda relación con el rendimiento individual de cada futbolista en un encuentro. Porque los medios permiten conocer día a día, en cada sesión preparatoria, el fondo de Camacho, la regularidad de Sergi Darder, la potencia de Samu, la chispa de Juanmi o la arrancada de Samu Castillejo. Son solo unos ejemplos. Y así con todos los futbolistas.
El fútbol ha avanzado mucho. En el pasado los entrenadores y los preparadores físicos se dejaban llevar por las sensaciones. A un jugador o lo veían bien en los entrenamientos o no lo veían. Ahora, en cierto modo, esa actitud se mantiene, pero su porcentaje de relevancia a la hora de que un futbolista sea convocado o de que dispute más o menos minutos es mínimo (aunque entrenarse bien no siempre implique competir bien). En la actualidad cada decisión tiene una base numérica, estadística, cuantificada.
En el fútbol actual el equipo que no corre y/o el que no trabaja como conjunto se va al hoyo. Y al revés. El Málaga es el mejor ejemplo. Su nivel es muy alto, como lo prueba el detalle de que en casi todos los encuentros el equipo ha superado a su rival en los kilómetros totales rivales, en algunos casos individuales con datos espectaculares, según admiten los técnicos. La única excepción en catorce partidos de Liga (es decir, en más de un tercio del campeonato) se produjo en Getafe. Esa actuación recibió un curioso calificativo interno, «empanada», para hacer hincapié en que aquella mañana fría el equipo simplemente no estuvo. Acusó los elogios después del partido entresemana contra el Barcelona (al que no dejó tirar una sola vez a puerta), estuvo falto de concentración y tampoco tuvo las ideas ordenadas para meterle mano al contrario.
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Pero los sobresalientes resultados del Málaga no se ciñen a los kilómetros totales recorridos (que han llegado a ser de 114). También en otros análisis parciales que se realizan sobre el rendimiento físico de los futbolistas, como la velocidad media (el mejor índice para calcular el volumen de trabajo), los metros de alta intensidad o los metros de esprín. Es decir, se valoran (y se distinguen) aspectos como la regularidad o la velocidad, y hasta se pueden analizar datos individuales o colectivos para comprobar la línea de rendimiento del equipo, sus picos más altos o no tan altos en cada encuentro. Yen trece de los catorce el equipo ha estado por encima de su rival, ya sea este más férreo (el Atlético de Madrid, el Levante, el Eibar o el Granada) o más técnico (el Rayo). Por eso este Málaga, el que más corre, es tan dinámico como incómodo.
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