Javi Gracia: «Tenemos que disfrutar de este momento con dosis de realismo y de prudencia»

Conserva Javi Gracia la sonrisa pícara del niño que fue, mezcla de timidez y pillería. El entrenador del Málaga, que ha aupado al equipo al sexto lugar de la clasificación, responde a las preguntas con la mirada en el horizonte de la estancia en la que se llevó a cabo la charla el pasado miércoles, no vaya a ser que los ojos de su interlocutor lo distraigan de lo que quiere decir, frases cuidadas y amenas cuyo hilo no pierde en ningún momento. No duda en reír cuando la pregunta lo requiere, como podrá comprobar el lector en este texto. Aunque considera que hay que disfrutar del momento «con dosis de realismo y de prudencia», añade que eso no está reñido «con ser exigentes y ambiciosos». En solo 11 jornadas ha acumulado ya 21 puntos, la mitad de los necesarios para la salvación virtual, pero prefiere ver la botella media vacía: «Lo único que veo cuando miro la clasificación es que nos quedan todavía 20 o 21 puntos para conseguir la salvación».

-No me diga que usted esperaba estar sexto en la undécima jornada...

-Cuando empezamos algo, siempre confiamos en que todo va a ir muy bien y con ese ánimo trabaja uno, aunque tampoco piensa en qué posición, pero lo que sí es cierto es que estaba ilusionado en que fuera todo bien como así está sucediendo.

-Pero perdone en que insista sobre que las previsiones se han visto desbordadas al alza, ¿no cree?

-Tampoco soy de fijar objetivos claros en cuanto a puntos o posición. Eso es fruto del día a día y lo vamos a ir consiguiendo en base a mucho trabajo. A ver si luego tenemos en ciertos momentos la fortuna necesaria para conseguir enlazar una racha como la que llevamos, de cinco victorias.

-¿Lo pasó mal al principio, cuando la gente miraba más hacia atrás, a su pasado reciente (descendió con el Osasuna), que hacia adelante?

-Bueno, vamos a dejarlo en que la cosa no fue fácil, pero tampoco necesitaba en esos momentos que me dijeran que era muy bueno o que todo el mundo estaba conmigo. Simplemente necesitaba trabajar. Venía a un club que apostó por mí, y estaba rodeado de gente que realmente fue valiente, por lo que ahora me alegro enormemente de que la cosa vaya funcionando.

-Entonces, la perspectiva ha cambiado bastante, ¿no?

-Ya, pero también sabemos que esto continúa y que no podemos bajar la guardia. Tenemos que seguir siendo muy exigentes con nuestro trabajo.

-Por buscarle alguna pega a la excelente situación por la que atraviesa el equipo, ¿no es quizás contraproducente haber accedido tan pronto a los puestos de arriba y convertirse quizás en el equipo a batir?

-En estos momentos estar como estamos es positivo. Creo que tenemos que disfrutar del momento con dosis de realismo y de prudencia. Pero eso no está reñido con ser exigentes y ambiciosos. Sabemos que si no somos constantes esto pasa rápidamente.

-El equipo lleva 21 puntos, justo la mitad de los oficiosamente necesarios para la salvación, y eso en solo 11 partidos. Los objetivos tienen que haberse visto modificados obligatoriamente.

-Si le soy sincero, a día de hoy lo único que veo, en cuanto a clasificación se refiere, es que nos quedan todavía 20 o 21 puntos para conseguir la salvación. Es cierto que los que llevamos hemos sido capaz de conseguirlos en 11 jornadas, pero no sabemos cuántos partidos vamos a necesitar para lograr los que nos faltan, por lo que debemos estar preparados para cuando se rompa esta racha o lleguen situaciones un poco más delicadas.

-¿Se comenta eso en el vestuario?

-Después del partido, lo que comentamos, y eso me hace ser optimista, es cómo encajó el público el gol que nos marcó el Eibar. Cómo se comportó en el partido, cómo estamos viviendo nuestros encuentros en La Rosaleda... Eso es, junto con el comportamiento del equipo, lo que me hace ser realmente optimista.

-Es que lo de la afición es espectacular en los últimos años...

-Más allá de lo que yo piense, los datos están ahí, y son que hemos llenado La Rosaleda en los dos últimos partidos, contra el Rayo y el Eibar, y se han vivido momentos muy intensos, de mucha identificación con el equipo. Y esto es gran parte de la riqueza y de la fuerza que tenemos esta temporada.

-¿Le ha sorprendido el comportamiento de la afición, precisamente a usted, que es de Pamplona (donde el Osasuna tiene una de las mejores hinchadas) y que también ha estado en Cádiz?

-Son aficiones muy fieles, están siempre con el equipo. Me ha gustado ver el detalle de cómo estuvo el público con el equipo en un momento delicado, cómo se vivió el final del partido, con la gente cantando el himno, y eso es lo importante en el fútbol. Trabajamos para eso, para generar ilusión y satisfacción entre nuestros aficionados, y por eso uno también se siente satisfecho.

-¿Lleva el equipo más puntos de los que debería o menos?

-Ha habido partidos en los que hemos merecido más y otros en los que hemos conseguido algún punto al final. Estamos donde nos merecemos.

-¿Le quita el sueño pensar que puede perder a algún jugador en diciembre?

-Prefiero no pensar mucho en ello, sino en que en diciembre o enero vamos a seguir siendo tan fuertes o más de lo que lo somos ahora. Lo demás se escapa de lo que yo pueda hacer. Ya veremos cómo se suceden los acontecimientos, aunque confío en que sigamos siendo un equipo competitivo hasta final de temporada.

-En caso de que se fuera algún jugador, ¿tiene prevista su petición par los Reyes Magos?

-De momento, una cosa muy típica, pero a la vez muy necesaria: que no se me lesione ningún jugador, que tengamos mucha salud y que pueda seguir compitiendo con esta plantilla como lo estamos haciendo ahora.

-¿Pediría quizás que le limpien un poco el plantel?

-Pediría recuperar a Flávio, a Tissone, a Roberto Chen a pesar de que no tiene ficha, a Rafa (De Vicente)... Tener una plantilla amplia no es problema, porque el comportamiento de los jugadores es ejemplar; el problema sería que tuviéramos más lesionados que minaran el poder de la plantilla.

-¿La mejor defensa es un buen ataque o al revés?

-Creo que hay que defender bien atacando y atacar bien defendiendo. Ambas cosas son complementarias, son fases del juego en las que uno debe estar siempre bien organizado. Hay que estar pendiente de lo que dejas atrás mientras atacas, y, mientras defiendes, pensar en el siguiente ataque. En el fútbol moderno las transiciones son cada día más importantes. Los equipos buenos son los que tardan muy poco tiempo en adaptarse a la nueva situación.

-El Málaga ha crecido esta temporada desde una buena defensa, porque al principio tuvo carencias goleadoras y, sin embargo, ha sabido sobreponerse a ello, ¿no cree?

-Hemos empezado la temporada con déficit goleador, aunque creo que con posibilidades de haber hecho más goles porque generábamos ocasiones y no estábamos acertados en la definición, pero poco a poco ese equilibrio y buen trabajo defensivo por parte de todo el equipo de manera constante nos ha permitido sacar buenos resultados con pocos goles. Y poco a poco hemos ido mejorando nuestro acierto hasta llegar a ese partido contra el Rayo en el que marcamos cuatro goles. Vamos haciendo mejores números, aunque creo que debemos hacer más goles y mejorar nuestras cifras.

-¿El Málaga actual es Amrabat y diez más?

-Bueno, Nordin ha contribuido mucho para que el equipo esté donde está. Ha hecho partidos en los que ha marcado diferencias y tiene que seguir en esa línea, porque creo que es un jugador diferente y tiene que seguir siendo exigente para aportar lo que el equipo necesita.

-¿Las dos veces que fue sustituido el marroquí obedecieron más a que no encontraba dónde ubicarlo o al rendimiento del jugador?

-La primera sustitución fue en Getafe. Amrabat se incorporó avanzada la temporada y el equipo tenía unos mecanismos. Teníamos que plantear la temporada con los que estábamos y al que llega después tratamos de sacarle rendimiento. Es un jugador que va a ser importante, pero también tenemos a otros que están haciendo méritos constantemente y hay que darles la posibilidad de jugar. Cuando se le cambió tratamos de buscar alternativas en la zona de ataque.

-¿El 4-2-3-1 es la panacea del fútbol?

-Yo no creo mucho en los sistemas. Creo más en las características de los jugadores. Es cierto que hay que darles un equilibrio y unos conceptos del juego de los que tenemos que estar convencidos todos. Al final son matices los que hacen que un sistema sea más defensivo o más ofensivo.

-Ya apenas hay partidos entresemana. ¿Eso de que se juega como se entrena no es un tópico entonces?

-Hay entrenadores que mantienen el hábito de jugar un partido los jueves, pero yo no soy partidario de eso, sino de plantear situaciones reales de juego más orientadas a un trabajo en concreto, ataque, defensa, transición....

-¿Intenta tener un álter ego en la plantilla, un jugador que sea su representación en el campo?

-Intento que no se parezca mucho a mí (risas), sino que busco a jugadores que tengan la personalidad, el compromiso y las ganas que hagan que el equipo sea un orgullo para su afición.

-¿El hecho de que en el Málaga más de la mitad de la plantilla sean extranjeros dificulta su labor?

-No, porque la barrera idiomática apenas existe. En el caso de Boka o Nordin (Amrabat) se recurre a algún compañero que hable francés o nosotros recurrimos al inglés. Cuando hay interés por entenderse, las personas se entienden fácilmente.

-¿Esta sigue siendo la 'Liga de las estrellas' o eso ha pasado a la historia?

-Creo que sigue siendo una Liga de mucho nivel. Es cierto que hay jugadores españoles que no tienen cabida en el Madrid, el Barcelona o el Atlético y se ven obligados a buscar salida en el fútbol inglés, pero sigue siendo una liga muy competitiva; si no la mejor, sí está al nivel de las mejores.

-¿Lo del equilibrio financiero le suena a chino o todo lo contrario?

-Es una parte importante del fútbol, que condiciona. Es una realidad a la que hay que adaptarse y no solo es buena para el fútbol, sino para la vida en general.

-¿Ha oído ya la palabra 'renovación' por algún rincón de La Rosaleda?

-Sí, la de Darder, la de Castillejo (bromea)... De la mía, no. Tengo contrato y no es una cosa que me preocupe. Lo que me preocupa es ver contentas en el día a día a las personas que más han confiado en mí. Eso es lo que me obsesiona, esforzarme al máximo para responder a la gran confianza que he visto por parte del club.

-Igual no es supersticioso, pero ¿sabe que el equipo ha ganado todos los partidos desde que dejó el amarillo?

-Los utileros hablaban de la camiseta para el próximo partido fuera de casa y les dije que llevaran la gris y negra, que con esa ganamos siempre.

-¿La apuesta por la cantera tendrá continuidad o dependerá del nivel que haya y de la ciudad deportiva?

-He estado en sitios como Pamplona, San Sebastián o Villarreal, donde cuidan mucho la cantera. Pero tener unas buenas condiciones de trabajo y una ciudad deportiva en condiciones va a facilitar mucho que los jugadores que vengan trabajen a gusto y que pasen cada vez más al primer equipo. Aparte de las condiciones tiene que haber jugadores que demanden abrirse paso en el primer equipo.

-¿Que el filial esté en la categoría inmediatamente inferior facilita mucho el salto o eso es un mito?

-La diferencia no es tanto en la categoría en la que jueguen como el nivel de los jugadores. 'Casti' (Samu Castillejo) o Juanpi han dado el salto y se han adaptado perfectamente al nivel del primer equipo.

-La frase que más destacan los jugadores cuando se les pregunta por el míster es «no se casa con nadie».

-Me gusta que ellos digan eso porque significa que realmente sienten que tienen que esforzarse al máximo en búsqueda del bien individual, que redunda en el colectivo.

-De una frase real, a una ficticia. Me imagino a los que han perdido la titularidad pensando: «Caramba cómo se las gasta el de la carita de bueno...»

-(Risas). La palabra 'titular' no me gusta, no creo en ella, pero sí creo en que tengo una plantilla de la que trato de elegir a once, que creo que son los mejores. Y ellos saben que, dentro de mi subjetividad, trato de buscar lo mejor para el equipo.

-Con la velocidad de crucero que ha adquirido el equipo, ¿lo mejor está por llegar?

-Eso espero. Espero que la cosa continúe en esa dinámica positiva, esa racha de resultados y el gran ambiente que se respira en La Rosaleda.

-¿Qué supuso para usted ingresar en un club cuyo presidente es un jeque? ¿Cómo es su relación con Al-Thani?

-Fue algo novedoso, no había vivido esa experiencia, pero, por otro lado, cuando entras en contacto con él y ves su cercanía y su trato, te sientes muy contento de cómo te está tratando, y en general todo el club. Al-Thani tuvo el detalle de venir a conocerme al estadio de atletismo, y hemos hablado en algunos partidos. Es una persona muy cercana, con mucho interés en que las cosas vayan bien. Estoy muy agradecido por el trato que el club está teniendo hacia mí.

-No nos podemos olvidar de la otra plantilla, como el cuerpo médico o los utileros. ¿Facilita mucho la tarea cuando uno aterriza?

-Llegar a un club y encontrar a gente de esa calidad profesional y personal es el comienzo de algo que te anima. Ahora estamos en Europa; ellos son de la época de la Champions. Con ellos estamos en Champions.

-¿En qué momento decidió ser entrenador?

-Cuando era jugador ya me apuntaba a los entrenamientos y preguntaba el porqué de ciertas cosas. Ya tenía esa inquietud. Y en el campo pensaba mucho en los demás, en dar equilibrio al equipo, y eso me llevó a encontrar un sitio en el once. Era la única manera de jugar, entre tantos buenos futbolistas (risas)...