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El realista Agirretxe supera a la defensa malaguista en el partido del sábado, aunque sin fortuna cara al gol. :: josé mari lópez
Un adversario de altura

Un adversario de altura

El Eibar, próximo rival del Málaga, se muestra poderoso en el juego aéreo en ambas áreas

Juan Antonio Morgado

Jueves, 6 de noviembre 2014, 00:33

El Málaga está en racha. Ha encadenado cuatro victorias y recibe al Eibar en casa. A priori, parece un rival propicio para sumar un nuevo triunfo, pero no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo. El equipo blanquiazul está ante un partido trampa, porque el rival, que viene de ganar en el campo del Rayo Vallecano, no tiene nada que perder y mucho que ganar.

Será un duelo de altura, y no por el lugar que ocupan ambos equipos en la clasificación (séptimo y noveno, respectivamente) ni por el presupuesto (estamos ante dos clubes de clase media-baja), sino por el poderío aéreo que exhibe el conjunto vasco, un asunto que preocupa al entrenador del Málaga, Javi Gracia. El técnico pamplonés lo ha dicho por activa y por pasiva, porque no suele ocultar nada. Es consciente de la falta de centímetros de sus jugadores, y en especial del equipo titular de los últimos encuentros, por lo que una de sus principales preocupaciones a la hora de afrontar los partidos es el juego por alto, una suerte que domina el Eibar en las dos áreas.

Prueba de fuego

Hasta ahora, el Málaga ha solventado con sobresaliente la carencia de centímetros, cuya prueba de fuego llegó el sábado ante la Real Sociedad, un equipo poderoso en el juego aéreo, con dos centrales como Íñigo Martínez y Ansotegi, que, además de cumplir con su cometido de ser una muralla ante los rivales que se acerquen a sus dominios, suben en todos los saques de esquina propios. A ellos se sumó el ariete Agirretxe, la bala en la recámara que utilizó Arrasate a falta de casi media hora para el final. Las huestes de Gracia, exjugador de la Real, salieron airosas del envite, y el delantero centro, aunque se fajó con los contrarios, no pudo hacer daño como en otras ocasiones.

Pero la Liga no deja apenas resquicios para la tranquilidad, y el sábado le llegará al Málaga otra exigente prueba, por mucho que el rival no sea de los grandes. El Eibar, que está teniendo un plácido discurrir hasta el momento en la temporada de su debut en Primera División (en la décima jornada, es noveno con 13 puntos), muestra el poderío en el juego aéreo como una de sus principales armas. Sin ir más lejos, en el equipo inicial que presentó en el duelo del lunes contra el Rayo Vallecano ocho de sus jugadores superan el 1,80 de estatura, con el central Albentosa (1,93) y el medio punta Arruabarrena (1,88) como las dos torres del equipo. Este fue el autor del gol de la victoria ante el equipo de Paco Jémez. No marcó de cabeza, pero sí hizo valer su corpulencia a la hora de anticiparse a la zaga adversaria en el decisivo 2-3. Por cierto, el futbolista de Tolosa también marcó el 0-1, con lo que se convirtió en el primer jugador del Eibar en hacer un doblete en Primera, algo lógico al llevar el equipo solo diez partidos en la élite.

Armas

Gracia prepara a conciencia el duelo nocturno del sábado frente a un Eibar que a su fuerza por arriba une el desparpajo de unos jugadores que disfrutan de su estreno en la máxima categoría y, por lo tanto, juegan con la ventaja de la escasa exigencia que les plantea su discurrir por la competición. El entrenador malaguista es consciente de las armas que muestra su adversario, por lo que estos días hace hincapié en las jugadas a balón parado. Para colmo, el Málaga pierde por lesión a Sergio Sánchez, uno de sus baluartes a la hora de frenar a los rivales que van bien por arriba.

Tampoco cuenta el equipo blanquiazul en los últimos partidos con el concurso de Santa Cruz, aunque en este caso es por decisión técnica. El paraguayo, que mide 1,91, no solo cumple su cometido de hacer daño ante la portería adversaria, sino que es una de las piezas fundamentales en el sistema defensivo en saques de esquina y faltas laterales. Sus despejes de cabeza suelen ser a veces la salida a un contragolpe peligroso. Es posible, por lo tanto, que el preparador navarro eche mano de sus servicios no solo en algún momento del partido, sino en el equipo inicial.

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