«Yo le metí un gol a Kameni»

«Yo le metí un gol a Kameni». Cualquiera de los pocos niños que atinaron ayer desde el punto de penalti podrá vanagloriarse de ello en el futuro. Lo recordarán toda la vida. Incluso, para el que falló, valió la pena oír su grito desde la grada coreado por decenas de compañeros enfervorecidos.

Durante toda la semana el Málaga se ha propuesto acercarse a la infancia, uno de los objetivos que se marcó el club al ser adquirido por el jeque Al-Thani y firmar un acuerdo de patrocinio con la Unesco. El domingo, la Diputación ha colaborado para llenar el estadio ante el Rayo con 3.800 niños, más los que acuden asiduamente. Hoy Samu y Kameni visitarán un centro educativo en la Colonia de Santa Inés, mañana un grupo de ellos asistirá a una rueda de prensa, y ayer cerca de 4.000 escolares acudieron al entrenamiento en el Ciudad de Málaga.

Fue un día inolvidable para muchos. Más de cincuenta autocares trajeron a los protagonistas desde disversos puntos de la provincia, y los profesores responsables se afanaron en no perder de vista a ninguno de los alumnos a su cargo, que no era fácil. Hubo largas colas en los aseos, y sesiones en un photocall. Pocas veces se jaleó tanto cada uno de los goles en los partidos de entrenamiento... El calor los llevó a trasladarse a la grada superior, con el parapeto de la visera de la tribuna, y el brillante colofón fue el lanzamiento de penaltis, con una veintena larga de privilegiados que bajaron a pie de campo y tuvieron la oportunidad de conseguir autógrafos de sus ídolos. Sin duda, una iniciativa que merece perpetuarse para acercar a los más jóvenes al malaguismo.