¿Por qué no marca el Málaga?

El fútbol está lleno de paradojas. El Málaga no se libra de ellas. La más actual hay que encuadrarla en el debe del equipo blanquiazul: con jugadores muy ofensivos, solo lleva tres goles en seis partidos (cuatro de ellos, sin marcar), y todos en jugadas a balón parado. Habría que remontarse a la temporada 1984-85 para encontrar un registro peor en los mismos encuentros disputados. En aquella ocasión, el equipo, entrenado por Antonio Benítez, solo marcó dos goles en seis encuentros, con la salvedad de que le valieron para anotarse sendos triunfos: por 0-1 ante la Real Sociedad en Atocha en un atípico duelo disputado por jugadores no profesionales a causa de una huelga de la AFE (el gol malaguista lo anotó Ramos) y 1-0 en casa ante el Atlético de Madrid (tanto de Micanovic), con la diferencia de que esas victorias, unidas a un empate, le habrían dado siete puntos con el actual sistema de puntuación, uno más de los que lleva ahora.

Estamos ante el peor balance goleador del Málaga con la denominación de Club de Fútbol. En la temporada 1976-77, como Club Deportivo, el conjunto de La Rosaleda logró la misma cifra de tantos que en esta, tres, con Milorad Pavic como técnico. Anteriormente, en la campaña 1965-66, solo hizo dos dianas en seis encuentros, pero con peor balance que en la actual, con solo una victoria, por un empate y cuatro derrotas (este curso lleva un triunfo, tres empates y dos derrotas). En la 2008-2009, con Antonio Tapia al frente de la plantilla, tuvo peor comienzo que en esta, ya que se quedó sin perforar la portería rival en las cuatro primeras jornadas, pero lo hizo seis veces en las dos siguientes (con dos goles ante el Valladolid en casa y un rotundo 0-4 contra el Recreativo).

¿Cuáles son las causas que han llevado a este pobre comienzo goleador del Málaga? Puede que incluso el entrenador, Javi Gracia, no acierte a explicárselo, por lo que se antoja difícil encontrarle una justificación a semejante sequía. No obstante, a continuación se desgranan algunos aspectos que podrían ayudar a entender por qué apenas marca el Málaga en esta Liga que comenzó con una victoria frente al Athletic que ilusionó a la afición.

Falta de referencia arriba

Aunque Santa Cruz ha ejercido como ariete en todos los partidos excepto ante el Barcelona (Gracia optó por hacer rotaciones y dar descanso al paraguayo, entre otros jugadores), el sudamericano no es un ariete rompedor al uso, sino más bien un atacante que juega muy bien de espaldas y facilita la llegada de compañeros desde atrás. El equipo necesita ser más resolutivo en el área.

Otras soluciones, sin suerte

Gracia le ha buscado soluciones al problema del ataque, que corre el riesgo de volverse endémico. En la cuarta jornada, con solo un gol anotado en las tres anteriores y un 1-0 en contra en el descanso, Santa Cruz se quedó en el vestuario para dejarle su puesto a Amrabat. Este movimiento propició que Juanmi ejerciera de delantero centro toda la segunda parte. El coineño no marcó, pero lo hicieron Camacho y Duda, ambos a balón parado, como también lo fue el primer gol de la temporada, anotado por Luis Alberto tras errar un penalti y aprovechar el despeje en corto del portero del Athletic, Iraizoz. Contra el Barcelona hubo cambio de delantero centro. El rol le correspondió a Amrabat, que tampoco logró anotar, aunque en este partido no se le puede achacar nada al equipo, que tuteó al siempre complicado conjunto azulgrana.

Pólvora mojada

Detrás de una mala racha goleadora está siempre el poco tino frente a la portería rival. El ejemplo más claro del desacierto de los delanteros del Málaga lo encontramos en el choque contra el Levante. El equipo blanquiazul, que lanzó veinte córneres sin sacar fruto de ellos, desaprovechó siete claras ocasiones de gol, a las que hay que unir una decena de llegadas menos diáfanas. Un tiro al larguero de Luis Alberto al filo de la media hora abrió la espita de la infructuosa avalancha malaguista frente a un rival inferior y ante el que no pasó del 0-0.

Muy previsible

Aunque el conjunto entrenado por Gracia tiene buen trato con el balón y rehúye el juego alocado, en demasiadas ocasiones se vuelve previsible. Necesitaría una velocidad más para sorprender al adversario. El exceso de toque facilita que el rival se pertreche y cierre líneas, lo que dificulta el asedio malaguista.

Ofensivo solo en teoría

Paradójicamente, este Málaga puede ser uno de los que presenta más jugadores de ataque en la alineación habitual. Santa Cruz, Luis Alberto y Juanmi (ahora, Amrabat), e incluso Horta, son futbolistas de última línea, por mucho que el luso y el malagueño figuren en el centro del campo. Si a eso se le suman los disparos de media distancia de Sergi Darder (sin suerte la mayoría de las veces) y las llegadas por alto de Camacho en faltas y saques de esquina, al equipo de Gracia no se le puede tachar de defensivo precisamente.

Amrabat, en varios puestos

El holandés no ha conseguido aún ser el de la pasada campaña. Habrá que darle tiempo para que encuentre su demarcación. Esta temporada ha ocupado todas las posiciones de ataque sin que haya dispuesto de ocasiones claras no solo de marcar, sino de hacer daño en el equipo rival. Es cierto que los entrenadores contrarios lo conocen mejor, pero Amrabat debe buscar soluciones para ser el que era.

En el haber

En descargo de este Málaga inoperante en ataque hay que decir que podría llevar dos goles más si los árbitros no hubieran fallado a la hora de anular esos tantos que fueron legales a la luz de las imágenes. Ambos lances los protagonizó Juanmi, frente al Valencia en la segunda jornada y el Levante en la tercera. Este posible segundo gol le habría dado la victoria por 1-0 en La Rosaleda.