Un equipo con automatismos

Conceptos muy asimilados

La gran ventaja de este Athletic es precisamente esa. Es un equipo con conceptos de juego más que asimilados y automatismos con y sin el manejo del balón, máxime cuando viene trabajando con un sistema de juego similar incluso desde la era Bielsa, cuando se mantenía el dibujo con un pivote, dos interiores, extremos y una referencia clara en el ataque.

Once de gala y rotaciones

Cualquier aficionado del Athletic ya conoce cuál es su once base. En circunstancias normales deben jugar Iraizoz; De Marcos, Gurpegui, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico, Beñat; Susaeta, Aduriz y Muniain. Iraola e Ibai (acusa una lesión en pretemporada y no está tan en forma) también son claros aspirantes en la banda derecha, pero ante el Nápoles se demostró que ya no son los preferidos de Valverde.

Poder aéreo

En el Athletic coinciden uno de los mejores cabeceadores de la Liga, Aduriz, y también algunos de los más precisos centradores. Hombres como Beñat, Iraola, Susaeta y, sobre todo, Ibai, que son letales con sus envíos de rosca. Los aprovecha muy bien el delantero. Sirva un botón de muestra: el pasado día 9 anotó un hat-trick en apenas un cuarto de hora ante el Borussia Moenchengladbach (no un rival amateur) en testarazos en otros tantos saques de esquina. Pero hay otros brillantes cabeceadores, como San José y Gurpegui.

Mezcla de estilos

No cabe pensar ya en un Athletic a la antigua usanza, que controla únicamente el juego directo y que abusa de él. El cuadro vizcaíno también sabe elaborar el juego con combinaciones en corto y búsqueda de espacios en la zona de ataque.

Tres nuevas referencias

En el Athletic actual han crecido como pilares del once tres canteranos. El central Laporte es objeto de deseo de los grandes, que aún no han ido a pescarlo a la espera de un año más de maduración. Con un físico espectacular y una facilidad innata en la salida del balón, también puede adaptarse al costado izquierdo de la defensa, lo que le hace más cotizado aún. Además, Iturraspe completó el pasado curso su mejor campaña y estuvo a un paso de ir al Mundial. Aunque es clave en el equilibrio táctico, junto a Mikel Rico, y no se suele complicar con la pelota, en Nápoles incurrió en alguna peligrosa pérdida de balón, que puede lastrar a su equipo. El tercero es Muniain, cada vez más maduro, mejor en su labor de desahogar al equipo, aunque todavía falto de gol.

Concentración

La versión del Athletic que se vea va a depender mucho de la capacidad de Valverde para mentalizar al grupo en vísperas de otra cita muy importante en San Mamés en la previa de la Champions. Después de un partido de máxima exigencia el martes y de otro similar el próximo miércoles, con muchos millones de euros en juego, será difícil que el cuadro vasco compita con la misma intensidad, al menos durante los noventa minutos. En todo caso, una de las bazas del técnico va a ser minimizar las rotaciones. Una o dos a lo sumo.