Mostró en el inicio González Esteban algunas dosis de firmeza en sus decisiones dando la impresión de tener control en la disputa del balón. Trató de transmitir a unos y otros que no permitiría brusquedades, pero con el paso de los minutos se fue diluyendo ... en un arbitraje gris y muy deficiente interponiéndose en la trayectoria del balón y los jugadores, sobre todo en el segundo periodo. Todo por un afán de estar cerca de las jugadas. Tiene que mejorar mucho si quiere dar respuesta a las exigencias del arbitraje en el mundo profesional. El partido le vino muy grande.

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Lo positivo: El esfuerzo con el que se desenvolvió al inicio para controlar el juego fue quizás su mejor virtud. El problema, que le duró muy poco. A medida que el cronómetro avanzaba, su trabajo era cada vez más deficiente. Templó demasiado el uso de las amonestaciones. En el primer periodo mostró solamente tres tarjetas. A Genaro, por dura entrada a Narváez; a Javi Jiménez, por llegar tarde a disputar un balón a Fran Gámez, y a Vada, por protestrar (no sé con qué motivo) una clara falta de Chavarría a Kevin.

Lo negativo: Sin duda, su peor condición, ya comentada, la colocación y situación en el ritmo del partido provocando continuas interrupciones. En una ocasión tuvo que parar el juego reanudándolo con balón a tierra. Tampoco anduvo fino con la indicación del final del primer periodo, en un contragolpe del Zaragoza. Esta decisión se ha de adoptar con más antelación, una vez que la prolongación se había cumplido momentros antes. Muy contemplativo con las acciones merecedoras de amonestación. Con Jair, por las reiteradas faltas, primero a Roberto y más tarde a Sekou, así como con Pep Chavarría en su marcaje a Kevin.

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