N'Diaye, de fichaje estelar a suplente en el Málaga

Su protagonismo se ha ido diluyendo hasta desaparecer y son varias las razones que explican este bache que atraviesa el jugador, quien precisamente este próximo fin de semana tiene ante sí una posible reválida en el partido contra el Eibar (domingo, 14.00 horas) ante la baja por sanción de Genaro. Este último es quien ha sido el que le ha quitado el puesto a N'Diaye en las últimas cuatro jornadas de Liga. El sevillano ha vivido justo el proceso opuesto: del ostracismo y cuestionarse su continuidad a ganarse la confianza del entrenador, Pepe Mel, por su solvencia.

También porque ha aportado una frescura en el centro del campo malaguista que N'Diaye no supo ofrecer en su momento. Y es que uno de los principales motivos que provocó su suplencia fue el bajón físico sufrido quizás por la fatiga acumulada y no gestionada de la mejor de forma. Porque en jugadores con un perfil corpulento como el suyo es más importante aún el equilibrio de esfuerzos y el proceso de recuperación tras los partidos. Pero las fuentes consultadas por este periódico en el club blanquiazul van más allá de esa cuestión.

Además de su mejorable estado de forma influyó también en su suplencia su falta de rigor táctico. En sus últimos encuentros partiendo como titular, donde aún gozaba de una confianza casi absoluta por su aparente superioridad con respecto a otros compañeros, cometió graves errores por falta de concentración y por confiar excesivamente en su potente físico. Y lo cierto es que pocos jugadores en la categoría pueden guardar el balón con su fiabilidad, pero centrar su juego en esa virtud acaba por provocar una relentización del juego que acaba penalizando a todo el equipo.

Todo esto se mezcla con una estadística que tampoco ayuda a N'Diaye, por más que pueda resultar anecdótica. Y es que el Málaga no haga ganado ningún partido este curso cuando el francosenegalés ha jugado. De los 14 encuentros en los que ha participados, seis fueron empate y ocho derrotas. Las únicas cuatro victorias del equipo se dieron coincidiendo con la ausencia de N'Diaye (algunas veces por lesión y otra por sanción).

Entonces, en la búsqueda desesperada de un buen resultado, Pepe Mel removió el árbol. Ahí apareció Genaro, quien se reivindicó como solución para esa demarcación de pivote defensivo. Fue ante el Granada, una cita que supuso la primera suplencia de N'Diaye desde que prácticamente llegó al club para emprender su segunda etapa como malaguista. En el partido siguiente, en Ibiza, el cuerpo técnico confirmó que los cambios estaban sentando bien al equipo al formar la dupla de Genaro y Jozabed en el centro del campo, lo que también desplazó a Luis Muñoz.

Este último también ha perdido protagonismo desde entonces, pero no tanto como N'Diaye, que ni siquiera ha sido utilizado de refresco en las últimas dos citas ligueras. Pepe Mel ha abogado por dar continuidad a lo que considera que funciona, siendo una de las notas positivas un centro del campo sin N'Diaye. Esta es una delicada situación para el jugador, que ha tenido que digerir esta falta de minutos de juego. Por eso el propio entrenador malaguista se ha preocupado de gestionar de forma especial esta coyuntura.

Y la respuesta del francosenegalés ha sido positiva en todo momento. No ha reaccionado de forma negativa ante esta coyuntura ni ha adquirido una actitud problemática, como suele verse en jugadores teóricamente importantes que desaparecen del mapa de manera tan radical. El propio N'Diaye reconoce el bajón de su rendimiento y espera su momento para alcanzar las expectativas que se marcaron con su vuelta al club y ser un jugador clave.