Si hubiera que recurrir a un símil con las evaluaciones de la antigua EGB, Diego Murillo progresa adecuadamente. Son ya media decena de actuaciones con el primer equipo malaguista y se le ve cada vez más afianzado en el once, beneficiado, por qué no decirlo, ... por las lesiones en el eje de la zaga: primero Juande, luego Nélson y, entre medias, un Moussa ya recuperado y que se ha visto relegado por el manchego.
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El desembarco de Murillo en el primer equipo malaguista recuerda en muchos aspectos al vivido por Juande hace casi cuatro años. En su caso fue en enero de 2020, en Segunda, cuando apareció por culpa de las lesiones de otros compañeros y sin desentonar. Tenía 20 años y no había sido uno de los canteranos que más expectativas había creado en juveniles o en el filial, pero no hubo quien le sacara desde entonces del once, sólo los problemas físicos.
5 partidos oficiales con el Málaga
De ellos cuatro de Liga y uno de la Copa del Rey, y tras dos actuaciones de lateral (en Antequera y Barcaaldo), se afianza donde más le gusta, de central, con brillantes partidos en Ibiza y Murcia y el sabado, ante el Sanluqueño.
Todo muy parecido a lo de Murillo, más curtido aún. Ya con 22 años, en su último curso de sub-23 y haciendo una apuesta por seguir en el Malaga en ese último año de contrato, tras tres campañas capitaneando el filial. Sucedió que en pretemporada tuvo más oportunidades de lateral, incluso 'a pie cambiado', jugando en la izquierda, y sólo ahora al fin se le puede ver de central con los 'mayores', pese a que su debut (media hora en Antequera) también fue en la banda, donde se le ubicó también en la Copa en Baracaldo.
Todo cambió en Ibiza, en un duelo de exigencia. Lo mejor que se puede decir muchas veces de un central, como de un árbitro, es que no cometa errores y pase más o menos inadvertido. Murillo, central agresivo y a la vieja usanza, con cierto carisma y capacidad para intimidar, sin un gran físico (1,82 metros), sometió al ruso Obolskiy, un 'nueve' puro, y lo volvió a hacer este sábado ante Mwepu, con una primera acción en el partido de las de marcar la línea, con un atropello por la espalda al zambiano.
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Han sido tres actuaciones consecutivas muy completas de Murillo, que traza el camino opuesto de aquel dicho de 'salir de Málaga para meterse en Malagón'. Su camino es el opuesto, desde la localidad manchega, donde nació, hasta la capital de la Costa del Sol y para mejorar su vida. El zaguero, notable en Can Misses, no estuvo ante el Alcoyano, en una pésima primera parte del equipo en la defensa a campo abierto, que le costó dos goles en contra, y luego brilló en Murcia (marcando incluso un gol a balón parado) y ante el Alcoyano, donde lo hizo absolutamente todo bien: sacó bien el balón jugado, faceta que domina, secó a Mwepu, tuvo buenas anticipaciones y no se le recuerda error alguno.
Así las cosas, el camino de Murillo es muy parecido al de Juande en la 2019-20. El Málaga tiene que ponerse las pilas si quiere amarrar a este joven defensa para el futuro, y dado que el cordobés y, sobre todo, Nelson, tienen aún semanas para estar disponibles, se prevé que tenga oportunidad en el futuro de afianzarse más en el once.
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