Mula y Hugo dejan pasar el tren

La sucesión de problemas físicos –las lesiones de Dani Pacheco y Ontiveros, así como el corto estado de forma de Iván Alejo tras su lesión– permitió que Mula y Hugo volvieran a disponer de minutos después de sufrir sendas lesiones. En el caso del primero, el entrenador malaguista, Juan Ramón Muñiz, ha ido despacio durante el último mes pese a que ya estaba disponible. En alguna ocasión llegó a vestirse y en otras se quedó fuera de la convocatoria o fue el descartado de la lista inicial. Ya en pretemporada hubo varios equipos que se interesaron por su cesión, pero el técnico ni lo contempló y así se lo comunicó al joven extremo.

De hecho, en la cuarta jornada, en casa frente al Tenerife –cuando el viento soplaba a favor y no eran tan necesarios los cambios–, fue titular y disputó 83 minutos. Pero su trayectoria se cortó al sufrir en ese partido una rotura del menisco externo de la rodilla izquierda. Para colmo, en pleno proceso de recuperación de aquella intervención quirúrgica que duró dos horas y media sufrió una infección nosocomial (aquellas ocurridas durante la hospitalización que no se estaban incubando o no existían en el momento del ingreso del paciente). De un plumazo comenzó a acumular semanas y más semanas de recuperación hasta que pudo comenzar a ejercitarse con sus compañeros. Realmente hasta ya entrado febrero no se pudo contar con él a todos los efectos.

La actuación de Mula en Los Pajaritos no fue satisfactoria, lo que provocó que Muñiz lo sustituyera en el descanso e introdujera a Iván Alejo. El jugador barcelonés no sólo tuvo una aportación muy discreta en ataque, donde sólo se dejó ver con una diagonal que fue culminada con un remate defectuoso, sino que apenas trabajó en defensa para frenar al lateral derecho contrario Nacho (sustituto del lesionado Unai Medina) al poco de comenzar el partido. Esta última situación desembocó en serios apuros para Ricca, que tuvo que hacer un trabajo extra para evitar males mayores.

En el caso de Hugo, su irrupción en el equipo tuvo mucho que ver con la enorme confianza que Muñiz tiene depositada en él y en Iván Jaime, a los que considera futbolistas de varios años de recorrido en la primera plantilla blanquiazul. Pero también se vio alfombrada por la caída en picado de Hicham en su rendimiento y ciertas actitudes que invitaron a plantear su regreso al filial.

El estreno del novel extremo granadino, que vive su tercer y último año como juvenil, coincidió con el desafortunado encuentro frente al Reus en La Rosaleda, pero la fe del técnico asturiano fue tal que a la semana siguiente, en un compromiso de indiscutible empaque –en La Romareda ante un Zaragoza que había revivido las últimas semanas–, le otorgó la titularidad junto a Keidi. Pese a su bisoñez, Hugo cumplió con creces en la primera parte: no le quemó la pelota, la pidió continuamente, intentó encarar... No obstante, en el descanso tuvo que quedarse en la caseta. Sufría una rotura de fibras que hacía pensar en un periodo de baja de aproximadamente dos meses. En cuanto el cuerpo técnico vio que estaba en el estado de forma deseable (a comienzos de la semana pasada), ya se valoró su convocatoria.

El rendimiento de Hugo en la segunda parte, como sucedió con Mula en la primera, fue decepcionante. Erró en los controles, en los pases y hasta le faltó más chispa en la jugada más clara para hacer certificado la remontada. Por mucha confianza que Muñiz tenga en él, habrá que ver si el prometedor juvenil ha dejado pasar el tren definitivamente. Como sucede con Mula, las lesiones de sus compañeros sí juegan a su favor.