Un exigente mes para el malaguista Moussa por la celebración del Ramadán

Pero Moussa sí deberá adaptarse de forma más exhaustiva a este cambio de rutina para que le afecte lo menos posible a su rendimiento físico y competitivo. En este sentido, el jugador y el cuerpo técnico del Málaga se han sentado para trazar un plan sobre esta situación y el jugador maliense recibirá una asistencia específica en materia de nutrición para conciliar su rito religioso con las exigencias deportivas.

Y es que el Ramadán siempre supone un reto para los deportistas de élite, ya que significa una importante alteración en su alimentación y suele provocar bajada de peso y un mayor riesgo de sufrir lesiones musculares. Así que los técnicos tienen que medir más aún las cargas de trabajo. Además plantea un choque con el día a día del resto de compañeros, habituados a desayunar y almorzar juntos en las instalaciones del club.

El objetivo es amortiguar los posibles efectos adversos a nivel de rendimiento, pero esto no es nuevo ni para Moussa ni para el Málaga, ya que históricamente en el club han militado jugadores musulmanes que practican el Ramadán. De hecho, en la temporada 18-19 llegaron a ser hasta siete futbolistas de la plantilla que lo practicaron. Las pautas más habituales para llevar el Ramadán lo mejor posible siendo atleta es cumplir de manera exhaustiva con las pautas de hidratación y el periodo de ingesta de alimentos.