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Viernes, 22 de diciembre 2017, 00:35
El entrenador del Málaga, Míchel, fue anoche claro y contundente en su primera intervención ante el grito unánime de dimisión que se emite desde aficionados y medios después de otra derrota (la segunda en tres días) muy grave: «No estoy para dimitir ... ni para marcharme. Es posible que el entrenador sea el culpable, pero es una decisión que a mí no me compete tomar. Tendré mucha responsabilidad y con el equipo con once puntos, la responsabilidad probablemente sea la del técnico».
En cuanto al análisis del partido, el entrenador malaguista pasó de puntillas: «En el primer tiempo nos faltó contundencia para terminar las jugadas. En el segundo apareció nuestra precipitación de otras jornadas y eso animó al Alavés y se pusiera por delante, lo cual agravó nuestra situación, sobre todo en temas de precipitación». Dicho esto, posteriormente hizo un extenso análisis sobre el momento que atraviesa el equipo y el horizonte que le espera con, de momento, él al mando: «La situación es bastante crítica y compleja. Es cierto que hemos tenido muchos reveses a lo largo de este año, pero estas dos últimas jornadas el paso atrás ha sido demasiado grande y ni me esperaba estar en esta situación. Nuestra obligación es revertir esta dinámica con el trabajo de los jugadores a la vuelta de unos días de vacaciones. Sigo creyendo en la salvación, como venía pensando hasta hace cuatro días cuando veía argumentos para cambiar la situación. Pero del lunes hasta aquí el frenazo ha sido grande. Me doy cuenta de cómo está el equipo con once puntos y, si no he dimitido en verano, no lo haré ahora. Voy a hacer mi trabajo hasta que me dejen. Tirar la toalla no sería justo y si pude hacerlo en algún momento, sería este verano».
Respecto a la cuestión de si ha recibido alguna llamada por parte de los dirigentes malaguistas sobre la posibilidad de no continuar, sostuvo: «Ahí está Mario Husillos, que podrá daros una respuesta a esta cuestión». «Hemos visto una amplitud de la plantilla pero con carencias. Hasta este momento lo estamos haciendo muy mal, porque el equipo tiene once puntos y hay que aceptar y asumir eso. Pero si estuviese seguro del que retoque más importante fuera la figura del entrenador y el Málaga se salvara, yo me marchaba ahora mismo mañana, porque tengo muchos intereses para que el equipo continúe en Primera División. Ahí está el jefe para tomar una decisión». De esta forma, finalizó su intervención de la misma manera como había comenzado: respondiendo por su futuro al frente del Málaga.
En cuanto al técnico del Alavés, Abelardo, ha logrado ya más victorias en sólo cuatro jornadas (tres) que sus tres predecesores en el cargo en esta liga en las trece restantes (dos). El asturiano estaba radiante de felicidad y su primera intervención fue un análisis del partido en sí: «El encuentro se planteaba difícil con dos equipos con once y doce puntos, con mucha tensión. Nos ha costado quince minutos entrar en el partido y, luego, a partir del primer cuarto de hora hemos realizado un esfuerzo grandísimo con un trabajo descomunal y mucha pelea para recuperar balones. La victoria ha sido merecida y al Málaga le ha costado mucho llegar a nuestra área y generar ocasiones de peligro. Estos tres puntos son una victoria trabajada e importante que nos mete de lleno en la pelea por lograr el objetivo».
Sobre los fallos en la definición de Munir, dijo: «Lo importante es que sienta la confianza de la afición y del equipo, y en la ocasión menos clara que ha tenido ha logrado marcar el gol. Era un balón que venía de una peinada de cabeza y la ha acomodado con su pierna mala para batir a Roberto. Ha estado ahí pese a los errores y eso es lo que yo le pido».
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