Una semana y no más. Al Málaga le queda este plazo para tratar de mejorar una plantilla que sólo ha sido capaz de ganar la mitad de partidos jugados en lo que va de campaña y promedia 1,45 goles en el tercer escalón del ... fútbol español. La impaciencia corroe a la afición de la ciudad más grande de Europa (con permiso de la alemana Essen) sin un equipo de fútbol en alguna de las dos primeras categorías. El seguidor de a pie, el que no conoce tanto lo que se cuece en las oficinas, no entiende cómo el equipo con más masa social de largo en Primera RFEF no es capaz de hacer un esfuerzo mayor para el objetivo del ascenso, máxime ante la decepción de haber dejado escapar ya, salvo milagro, el camino del ascenso directo, con el liderato a trece puntos (no reales, el estar perdido el 'goal average') y otro equipo a once.
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El Málaga se ha abocado a otro camino, plagado de minas, el de unos 'play-off' que premian a dos de ocho equipos (al 25 %), si es que no dilapida también de aquí al 26 de mayo los cinco puntos actuales de colchón sobre la sexta plaza. Pero a estas alturas de la película hay algo que no se puede obviar: el club ha sido coherente con sus ideas, con su proyecto de cantera a medio plazo y su afán de escasos retoques, sólo los imprescindibles, en el mercado invernal. Otra cosa es si esta política tendrá éxito. Ni en este momento de desengaño del malaguismo, que asume que será casi imposible acabar primero, se pueden hacer aún juicios finales ni perder de vista que el ascenso sigue estando ahí como opción viable: sólo quedaría no desfondarse, hacer una segunda vuelta similar a la primera, y superar dos eliminatorias a doble partido, pero es ahí es donde está el 'quid'.
¿Está capacitado el Málaga para salir airoso de unos play-off' con esta plantilla? La decepción inunda a la afición, que ve cómo la cantera no ha echado la puerta abajo (al menos, los futbolistas que son mayores edad) y los fichajes de más peso tampoco han dado la talla, más allá del sempiterno salvador Alfonso Herrero.
Cabe apelar al infortunio de las lesiones, un lastre sobre todo desde noviembre, aunque tantos problemas de índole muscular merecen un análisis más que un lamento, y a la maldición de la frase de Loren Juarros de que «Haitam y Ramón serán los mejores fichajes». El Málaga confía al menos en que el medio centro pueda llegar a finales de mayo en su mejor nivel de forma para jugar esa hipotética fase de ascenso. Se le puede contar como un 'fichaje invernal', aun a riesgo de gafarlo, pero aun así parece atrevido no reforzar más el grupo más que con un extremo (ya ha llegado, es Ferreiro) y un delantero centro, en un grupo que por cierto sólo dispone de dos, uno de los cuales, el veterano Dioni, se mueve en zonas más intermedias.
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Y no sólo eso, hasta ahora el Málaga se sigue limitando a mercados de escaso riesgo, en caladeros muy similares a los de la etapa de Manolo Gaspar, respecto a la que sigue habiendo cierta continuidad en la figura de Capote. La apuesta por descartes de Segunda División no parece mala, pero el problema es evidente: casi ningún jugador joven o con una edad media se arriesga a dar el paso de salir del fútbol profesional. Pero militar en Primera RFEF tiene para el Málaga algunas ventajas. También se puede pescar en la misma categoría (el Deportivo contrató al guardameta Eric Puerto, del Antequera) o incluso en lo más granado de Segunda RFEF. No sólo eso, el mercado en ligas menores es muy amplio, en torneos con un nivel deportivo comparable a esta mejorada Segunda B: Rumanía, Hungría, equipos de clase media o baja de Portugal, Grecia, Chipre, Polonia, países bálticos, balcánicos, incluso futbolistas con hambre de ligas escandinavas.
El Málaga ya apostó por esta vía con la llegada de Nelson Monte. Va de suyo que el riesgo es mayor, así como la posible aclimatación del fichaje, algo que trata de eludir la entidad de La Rosaleda, que ha tanteado a varios exblanquiazules también, pero la audacia de una dirección deportiva también se mide en este tipo de incorporaciones. Este martes el Castellón anunció la llegada de un brasileño enrolado en Letonia. No parece tampoco que haya un déficit de ofrecimientos en las oficinas de Martiricos...
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Lo que es impepinable es que queda una semana para terminar de acicalar una plantilla, en la que no se quieren crear agravios con fichajes con sueldos superiores ni recurrir a bajas forzosas. El Málaga ha sido siempre fiel a su idea inicial, pero ¿no se queda corto el club? ¿Tendrá éxito esta apuesta sobria? ¿Qué pasará si no se logra el ascenso? ¿Rodarán cabezas?
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