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El Málaga lleva más de dos semanas sin firmar un nuevo fichaje tras los seis refuerzos que hizo al principio del verano y pretende romper este parón próximamente para comenzar la que sería la segunda fase de la planificación. El club tiene clara cuál es ... su próxima prioridad en el mercado para seguir mejorando la plantilla y su objetivo es incorporar a al menos dos defensas más para terminar de apuntalar su zaga, donde aún hay evidentes huecos por cubrir.
Sólo son fijos por el momento Gabilondo como lateral derecho y los centrales Juande y Galilea. En este sentido la dirección deportiva tiene dos operaciones encaminadas, aunque todavía no acaban de resolverse y si se retrasan demasiado tendrán que lanzarse a por otras alternativas. En concreto, el conjunto blanquiazul tiene en su plan más próximo la contratación por un lado de un defensa polivalente y bregado en la categoría, que pueda jugar tanto de central como de lateral.
Se busca este perfil con el objetivo de aumentar la competencia en estas posiciones y a su vez asegurarse algo de fondo de armario en caso de futuras lesiones o bajones de rendimiento. Todo esto a la vez que se cuidará no cortar la progresión de otros canteranos que están cerca del primer equipo durante la temporada, pero que también son una incógnita todavía y no se les puede cargar con más responsabilidad de la normal.
Al mismo tiempo, y quizás con más ahínco todavía, el club trabaja para sumar un lateral izquierdo que llegue como titular ante la falta de un perfil concreto para esta posición. Tal es así que el entrenador, Sergio Pellicer, ha tirado de un central de la cantera, Diego Murillo, para los primeros partidos de pretemporada. Sin duda también como un mensaje a la dirección deportiva, que cuenta con Víctor Olmo pero entiende que hace falta un efectivo más experimentado por delante.
Caso aparte es el de Cristian, quien ocupó el lateral izquierdo del Málaga la pasada campaña. Pellicer lo está utilizando ahora como extremo, devolviéndolo a sus inicios, aunque no está garantizada su continuidad porque tiene buen cartel en Segunda y sus representantes intentan convencer al Málaga para que ceda y lo traspase para no cortar su progresión.
El club se está mostrando firme pidiendo una cantidad razonable, que no son ni los tres millones de euros que figuran en su cláusula y están fuera de mercado, ni tampoco las ofertas de entre 300.000 y 400.000 euros que han llegado por ahora a las oficinas de La Rosaleda. Este es el culebrón del verano en el equipo blanquiazul, que ve factible finalmente la salida de Cristian si se llega a un término medio por su venta a partir de las propuestas recibidas hasta el momento.
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En el caso de que finalmente el marbellí salga para continuar su carrera en el fútbol profesional, el Málaga quiere asegurarse de que tendrá recursos para poder buscar más fichajes de garantía en Primera RFEF. La sensaciones estas primeras semanas están siendo buenas sobre la plantilla, pero es también un clamor que faltan más herramientas para alcanzar el potencial de otros rivales directos por el ascenso.
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