Mejora Vicandi

Me gustó el colegiado vasco Vicandi Garrido. En su trayectoria en la Primera División en las tres temporadas que estuvo lo hizo francamente mal, de ahí que en la campaña 2017-2018 comenzase de nuevo en la categoría de plata. Sin embargo, ahora se le ve con más seriedad en sus movimientos y sacando provecho de sus condiciones, que las tiene. Corre adecuadamente atendiendo a la demanda que el juego requiere y corrigiendo el respeto a los jugadores, evitando la sonrisa irónica que utilizaba.

A diferencia de otras actuaciones, donde era complicado destacar aspectos positivos en su trabajo, ayer sí que pudimos comprobar que la mejoría en sus conceptos es mucha. Muestra una enorme seguridad en la toma de decisiones, no sólo en las de orden técnico, sino en las disciplinarias. Un ejemplo es la segunda tarjeta que sin titubeos le enseñó a Keidi, cuando dos minutos antes, le había mostrado la primera, y que representó la expulsión del jugador del Málaga. Ambas fueron por claros derribos a contrarios.

El dato más negativo, me van a permitir, fue sin duda esta vez para los intereses malaguistas la actitud de Keidi. No es posible mayor desacierto de un profesional, y ya lo volvió a hacer frente al Tenerife, si bien en aquella ocasión tan sólo cuatro minutos separaron las dos amonestaciones y en esta fueron dos. Cuestionar la rigurosidad de la decisión no es sostenible. El futbolista debe ser consciente de que al disputar un balón se ha de evitar utilizar una fuerza desproporcionada en la entrada para no provocar el derribo.