La mediocridad se pega y se paga

Sea como fuere, ni uno ni otro mereció la victoria, porque jugaron un partido digno de los que les vemos por la tele al Alavés o al Valladolid, o sea, horrendo. Aquí ni siquiera se puede decir que ganó el menos malo, porque los dos fueron la antítesis del fútbol como espectáculo. Al Málaga le faltó la serenidad para saber que ante su nula tarde, lo que tenía que hacer era amarrar el empate, y se equivocó de todas a todas. Cómo sería el partido, que un compañero de Movistar Plus mandó un mensaje a este Palco17 que decía: «Como sigan jugando los dos así, la gente se nos da de baja... ¡Qué horror!».

No se equivocaba, y el espectáculo paupérrimo de los malaguistas fue la triste moneda con la que le pagaron a sus hinchas, fieles seguidores, que aguantando la lluvia y lo que haga falta, se dejaron el alma en las gradas. Fue un horror. Y es que la mediocridad se pega y se paga. Y la gestión mediocre de los dirigentes del club, sin ningún grito o gesto para aspirar a mayores cotas, se le está 'pegando' al equipo: nos quedamos sin fichar en diciembre (el único equipo, lo que no es un mérito, ni mucho menos), y no se piensa en acudir al mercado libre ante lesiones de larga duración como la de Ramón. Y con alineaciones como la inicial frente al Cádiz, crudo lo tenemos. Seguimos en ese perfil bajo, donde parece que algunos disfrutan y así seguirán...