Mediocre actuación

Nueva temporada y con ella un cambio radical en la imagen del equipo malaguista. Un plantel nuevo, con carencias propias de un once nada estructurado. La presencia de hombres de cantera permite al menos que nazca una nueva ilusión para los aficionados malaguistas. En cuanto al colegiado navarro Prieto Iglesias, nada destacable, sólo la experiencia que acumula después de su paso por Primera División en dos etapas. Ha descendido, por tanto, en dos ocasiones y esta será su tercera temporada en la categoría de plata.

Lo positivo: Sus años en el fútbol profesional no han mejorado sus condiciones técnicas. Muy sereno, eso sí, y con muchas frescura en sus desplazamientos. Consiguió aplicar la ley de la ventaja cuando el juego lo requería, y se esforzó en llevar la dirección del juego sin grades sobresaltos manteniendo una buena conexión en el diálogo con los jugadores. Esta es, sin duda, la mejor condición mostrada. No anduvo mal en la comunicación con sus asistentes. Aunque estos le provocaron algún error, si que mantuvo la necesaria conexión con ellos.

Lo negativo: No tuvo errores de gravedad. No aparecieron jugadas complicadas ni acciones claras en las áreas que no se indicaran. El malaguista Rahmani, en el segundo periodo, reclamó un agarrón de Shaq Moore, que a mí no me lo pareció, como tampoco la falta que mostró a este. Hubo cinco amonestaciones, que me parecieron excesivas por las acciones que lo justifican. Las vieron los locales Javi Alonso, merecida, y Pomares, que no la debió ver. Entre los malaguistas, a Tete, por una protesta en el primer tiempo; a Escassi, por derribo a Apeh, y a Rahmani, por un claro agarrón.