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Equipo del Málaga que goleó al Lérida por 9-0. De pie, Bellido (portero suplente), Becerril, Loli, González, Arnau, Maciá y López, y agachados, Azcue, Bazán, Gutiérrez, Torres y Muñiz. SUR
La mayor goleada del Málaga en Primera: 9-0 al Lérida

La mayor goleada del Málaga en Primera: 9-0 al Lérida

Fue la primera exhibición en ataque del equipo, que al final descendió en la promoción por el 'goal average'

Miércoles, 15 de abril 2020, 02:12

Los aficionados malaguistas siempre recuerdan el 6-2 al Madrid en 1983, el 6-0 tres décadas antes también ante el conjunto blanco o el 5-1, ya como Málaga Club de Fútbol, frente al Barcelona. Pero ninguna de estas goleadas fue la más contundente en Primera División. Ese honor le corresponde a la plantilla entrenada por Ricardo Zamora en la temporada 1950-51, que arrolló al Lérida con un impresionante 9-0. Pese a las enormes expectativas en el que era el segundo ejercicio consecutivo en la élite, el equipo acabó por descender en una interminable promoción y al tener perdido el 'goal average' con el Zaragoza.

Aquel encuentro frente al Lérida fue el segundo de la temporada y el primero en La Rosaleda, razón por la que aún no figuraba en la plantilla el que a la postre sería máximo goleador blanquiazul, el uruguayo Sergio Rodríguez, que debutó en Valladolid a comienzos de noviembre después de que el club desembolsara por primera vez más de un millón de pesetas por un futbolista. No faltan aficionados que hablan de él como el delantero de más calidad en los casi 51 años de vida del desaparecido Club Deportivo Málaga.

Y eso que el verano había contado con un trajín de idas y venidas. La más significativa, sin duda, se produjo con la marcha del presidente, Manuel Navarro Nogueroles, después de tres años y medio en el cargo y en su cuarto anuncio de dimisión, uno cada año desde 1947. El exalcalde José Luis Estrada Segalerva dio el paso para aceptar un puesto que desempeñó hasta en tres etapas distintas y durante siete temporadas, hasta que se marchó definitivamente en la 57-58 a raíz de una polémica con los aficionados durante un amistoso frente al Jaén. Le sustituiría Julio Parres después de ser refrendado por aclamación en una asamblea de socios.

Más allá de tapar el agujero económico -que luego se supo que era de casi tres millones de pesetas-, el primer objetivo de Estrada Segalerva fue retener a Ricardo Zamora como entrenador. Y lo consiguió a cambio de que este tuviera todos los poderes en la planificación del equipo. Entre las siete bajas destacó especialmente el caso de Teo, que tras un lustro en el equipo (al que llegó en Tercera) se marchó como capitán del Málaga. A cambio, llegaron cinco jugadores -y después Sergio Rodríguez- y, salvo Camer, el resto sí tuvieron participación activa durante la temporada. El defensa Rubio tuvo menos opciones debido a la continuidad del trío Maciá-Arnau-González. Pero Becerril y Gutiérrez fueron los más empleados en la pareja del centro del campo, igual que Muñiz en la posición de extremo en la banda izquierda.

Estuvo marcada aquella temporada 1950-51 por la llegada de los primeros extranjeros, los uruguayos Gutiérrez y Sergio Rodríguez. Si bien es cierto que la lista la abrió el delantero centro húngaro Lakatos la campaña anterior, ni siquiera llegó a debutar. Ni en Liga ni en Copa. Con Manolo Jimeno asentado en la posición de delantero centro y Torres indiscutible como interior izquierda después de los 15 goles marcados en el estreno del Málaga en Primera, la llegada de Rodríguez supuso un serio problema para Ricardo Zamora: ¿dónde situar a Bazán? La solución fue reubicarlo como extremo derecha, donde 'el matador de La Algaba', cómo no, mostró su capacidad de adaptación.

Y es que Bazán acabó como máximo goleador en la Liga, con 16 tantos (más otros cuatro en la promoción), pero no fue el 'pichichi' del equipo, porque Sergio Rodríguez llegó a la cifra de 24 después de una actuación colosal en la promoción, fase en la que marcó 15 en sólo diez partidos. Paradójicamente, entre ellos y Torres lograron la friolera de 63 goles y sin embargo el Málaga no se mantuvo en Primera.

La explosión goleadora del Málaga comenzó a las primeras de cambio, porque en su primer encuentro en La Rosaleda vapuleó al Lérida por 9-0. Zamora alineó a López; Maciá, Arnau, González; Becerril, Loli; Azcue, Bazán, Gutiérrez, Torres y Muñiz. A los once minutos el marcador ya registraba un 2-0 gracias a los tantos de Bazán. Antes del descanso, Torres (en el minuto 31) y Muñiz (en el 36 y el 39) dejaron más que sentenciado el encuentro. El equipo no bajó el ritmo en la reanudación y los aficionados aún celebraron el sexto gol, obra de Gutiérrez, antes de que Torres lograra tres de una tacada en una tarde inolvidable para el canario.

El descenso a Segunda se consumó en una promoción de diez partidos, aunque tanto en la fase decisiva como en la Liga el Málaga probablemente pagó su apuesta ofensiva con un aluvión de goles en contra. De este modo, es inexplicable que no lograra la permamencia en el campeonato regular tras haber ganado al Bilbao (2-1), al Barcelona (3-1), al Real Madrid (3-0), al Atlético de Madrid (2-1) o a la Real Sociedad (4-1).

En la decisiva promoción el Málaga se fue a Segunda pese a ganar en siete de los diez encuentros, empatar en otro y marcar casi el doble de goles (34, con un promedio insólito) que los encajados (18). No obstante, las dos únicas derrotas, en Zaragoza y Las Palmas, acabaron con sus opciones, especialmente frente al cuadro aragonés. El 6-2 encajado a domicilio hizo perder el 'goal average' particular y la plaza en la élite. Y también decepcionó tanto a los aficionados que aquella goleada al Lérida y los impresionantes registros ofensivos del equipo quedaron muy pronto en el olvido.

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