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'Extasis'. Sin más. La ocasión sólo merecía en estas páginas un titular tan sencillo pero contundente. Nunca el malaguismo vivió tal explosión de júbilo en los tiempos modernos. Nunca la arteria más amplia de la ciudad, el Paseo del Parque, se colapsó por ... una celebración deportiva. Una marea humana casi engulle el autobús con los jugadores y el de los empleados del club. La ciudad llevaba una década (hubo que esperar once temporadas) sin paladear fútbol de élite, y la 'madriditis' o 'barcelonitis' amenazaban con inocular su virus a la juventud malagueña.
Ironías del destino, sucedió un 30 de mayo, en San Fernando. No se sabe bien si porque un 'Fernando', Puche, presidía el equipo, y otro 'Fernando', Peralta, era el delegado, en la antesala de un ciclo exitoso con la llegada al equipo meses después de otro 'Fernando', Sanz. Ese 3-2 hace 20 años al Albacete, curiosamente, el rival el domingo, dejó detalles curiosos, como aquel gol a los 16 segundos de José Juan Luque, futuro malaguista o el arbitraje de Undiano Mallenco, retirado el domingo. Los protagonistas evocan la proeza.
Bravo. Exjugador del Málaga
Una mala cesión suya costó el 0-1 inicial, pero él mismo se encargó de empatar de falta directa el choque poco después. «Habitualmente ensayábamos en los entrenamientos unos cuantos: Sandro, Roteta y yo, pero era la forma de resarcirme de ese error. Me encontraba también con convencimiento». Lo que se vivió tras el partido fue inenarrable, con la invasión de campo y la explosión posterior en la ciudad: «Nunca he visto tanta gente en la calle. El autobús no se podía mover, apenas avanzaba. Vi luego las imágenes aéreas y me decía '¡madre mía!'. Es algo que desde el vehículo casi no se percibía, y siempre gusta recordar lo de haber sido participe de la historia». El paleño, tras un buen ciclo al frente del Rincón, en Tercera, ha entrenado esta temporada al División de Honor juvenil malaguista.
Juan Carlos Añón. Segundo entrenador 1999
«Creo que fue la mayor celebración. El Málaga venía de Tercera en la 1993-94, y se fueron superando etapas y consiguiendo ascensos. Málaga estaba eufórica y la celebración estuvo acorde con lo que se sintió», recuerda el ayudante del entrenador aquella temporada, y hoy en el cuerpo técnico del Malagueño. «Al acabar me fundí en un abrazo con Joaquín (Peiró), porque vi que durante la temporada habíamos pasado malos momentos y me alegré mucho por él y la ciudad», añade, y no entra en hipotéticas comparaciones entre esa plantilla y la actual, pero define a la que dirigió: «Estaba muy equilibrada: había carácter, potencia, velocidad, fantasía, desborde y un matador, Catanha».
Basti. Exjugador del Málaga
«Tengo dos recuerdos: el del campo, que estaba hasta la bandera y llevándonos en volandas, porque empezamos perdiendo y, sobre todo, lo que se vivió después en el vestuario, con todos abrazándonos un buen rato. Fue un sueño hecho realidad, el de un chaval de El Palo, que desde Tercera sube hasta Primera con el Málaga. Fue una hazaña después de desaparecer el Club Deportivo Málaga en la 1990-91», declara después de haber vuelto a trabajar para el club de La Rosaleda, ahora en la Fundación. Basti sólo tiene una espinita clavada: «Fue una pena no poder jugar, pero creo que me estaba recuperando de una operación del tendón rotuliano».
Miguel Zambrana. Utilero
Tras más de tres décadas en el vestuario del primer equipo, focos pueden analizar lo vivido aquella fecha con más perspectiva que él. «Subir a Segunda y la siguiente a Primera fue un 'boom'. La celebración fue espectacular. Toda Málaga echada en la calle», dijo. Y sentencia con sabiduría: «Antes veías las camiseta en las calles y todos llevaban la del Real Madrid y del Barcelona, y eso ha cambiado. Ahora puedes seguir viendo algunas, pero Málaga es blanquiazul. Afortunadamente...».
Rafa. Exportero del Málaga
El guardameta asturiano fue pitoniso aquel '30 M': «Le había dicho a Edgar que iba a ser el que iba a marcar el gol del ascenso, y por eso hay una foto curiosa. Venía a por mí diciendo '¡Aquí está el ascenso!', y me arrodillé». El actual scouting-manager para España del Red Bull Leipzig distingue entre la gesta deportiva de un año antes y aquella: «Veníamos de un ascenso a Segunda que fue vital, porque había mucha tensión, estaba muy difícil. Este fue como algo que ya veíamos venir. Era querer cerrarlo en casa. No teníamos ese agobio». «Fue una celebración de Málaga, no sólo del fútbol de Málaga», concluye con acierto.
Javier Souvirón Fisioterapeuta del equipo en 1999
«A nivel personal fue muy bonito, pues había vivido la desaparición del club. Fue un gran grupo humano, que ya se había formado en Segunda B, y que consolidó una trayectoria. En el momento de ascender se me vino a la cabeza la noche triste de Cádiz (aquella fatídica tanda de penaltis con el descenso), la que más», recuerda el 'fisio' del primer equipo entonces, hoy compatibilizando su labor de enfermero en el Comarcal de Vélez y de fisioterapeuta en el equipo ciclista Manzana Postobón. «En mi cabeza tengo una foto de Mariano Pozo abrazándonos con el cuerpo técnico. Me acuerdo mucho de Peiró, que estaba ya en la edad de la jubilación, y volvió por el buen camino», añade, y recuerda que el grueso de los protagonistas sigue teniendo un grupo de 'whatsapp'.
Mikel Roteta. Exjugador del Málaga
«Después de pasar malos momentos en la primera vuelta fuimos cogiendo confianza en la segunda, convencidos de que íbamos a ascender. Del partido con el Albacete recuerdo que salimos con mucha fe. No nos pesó mucho encajar el 0-1, porque teníamos una gran confianza, y por eso al final el partido fue un festival», relata el talismán pelirrojo, como fue bautizado por la coincidencia de su presencia en el campo y los buenos resultados. «Lo que vivimos no se puede olvidar», apostilla el ahora conductor de ambulancia.
Movilla. Exjugador del Málaga
El ex director deportivo del Majadahonda y exdirector general de la UD Salamanca hace su particular análisis: «Entonces ya dábamos por hecho el ascenso. El de Segunda B a Segunda fue el más inesperado. Hubo una apuesta de fútbol de los dirigentes y fue el premio al trabajo bien realizado y a corto plazo,. Hubo dos ascensos seguidos, algo de lo que muy pocos clubes pueden presumir».
Quino. Exjugador del Málaga
Afincado en Gavá, fue entrenador en Segunda Catalana, con juveniles y féminas, pero actualmente vive de una empresa de aparatología estética. «Tengo muchos recuerdos y todos buenos. Nunca vi a Málaga tan volcada en la calle. Muchas veces en el deporte se siente que va a ocurrir algo y no lo dices por respeto, y aquel era uno de esos días. A mí me apasiona el fútbol y si hay algo que me gusta es ver a una gran afición. Fue muy emocionante compartirlo con la gente. Empecé en el fútbol base del Málaga y he vivido muchas cosas buenas y otras no tan buenas. Por eso lograr un ascenso a Primera y sentir que el público te agradece el esfuerzo... Muchas veces se ve el fútbol como elitista, pero también hay sacrificio», expone y destaca la brecha que se abre entre los clubes y las aficiones, cada vez con más cortapisas. «Entonces aún no las había», destaca.
Miguel Molina. Presidente Federación de Peñas Malaguistas
El actual responsable de las peñas era un aficionado en Fondo, en el día de su cumpleaños. «Me acuerdo de que José Juan Luque hizo el 'D'Artagnan' en el banderín de córner tras el gol. En ese momento tenía trabajo conduciendo autobuses y me la jugué, porque tenía que estar en el Aeropuerto. Por eso me tuve que ir nada más acabar», evoca. «Nos costó subir a Segunda, pero luego los fichajes de Rufete, Edgar y Movilla fueron clave», añade, y no pasa por alto dos detalles: «Recuerdo el pasillo que el Sevilla nos hizo en La Rosaleda y, luego, que Basti no pudo despedirse de la afición jugando».
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