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La despedida de Manolo Gaspar dio de sí todo lo esperado y mucho más. Primero leyó un carta en la que se le saltaban constantemente las lágrimas, para después responder a las preguntas de los periodistas, en las que concretó algo más algunos de los ... asuntos más importantes. El director deportivo saliente mostró en su comparecencia una cierta desesperación por llegar a este punto después de una travesía en la que hubo también buenos momentos. Reconoció los errores y aseguró que él quería haberse marchado cuando lo hizo Pablo Guede, al comienzo de temporada, pero le pidieron que continuara. De hecho, llegó a decir lo que resume un poco su rueda de prensa, la necesidad de marcharse para que todo pueda cambiar y calmarse, una especie de salida pactada. «Sé que no merezco la forma en la que me despido del Málaga», subrayó el paleño.
A la cita en la que se despidió Manolo acudieron los principales dirigentes de la entidad, con José María Muñoz a la cabeza, los empleados y todos los futbolistas del primer equipo, con el cuerpo técnico y Sergio Pellicer al frente.
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Comentó varias veces que «no compensa» el gran esfuerzo realizado para llegar a este momento. Está satisfecho del trabajo realizado y sigue confiando en el equipo actual, pese a la mala trayectoria. «Cuando tienes que hacer una plantilla cada año lo normal es que te equivoques. Los míos son míos. Si miro para atrás veo otras cosas, claro. Pero cuando tomas decisiones, te equivocas. Cometí un montón de errores, pero ninguno a conciencia», insistió Manolo, que concretó cuándo quiso irse, al salir el técnico argentino: «La entidad me pidió que continuara. Se me trasladó la confianza para que hiciera el mercado. Cuando se fue Pablo lo hablé con mi entorno, y al club se lo comuniqué más adelante. Para que venga alguien que ilusione. La gente quiere ilusionarse. Pero yo he contado desde el primer día la verdad, lo que no ha hecho nadie, y eso quema».
SOBRE EL ADIÓS DE GASPAR
Explicó que ha tenido una gran exposición pública durante el desempeño de su cargo, lo que entiende que lo ha puesto en el punto de mira. «En un momento de crisis la imagen y la voz de esta institución es muy importante. Lo problemas son los resultados, los malos resultados. Me he quemado mucho, porque he sido esa voz, el que ficha... Eso quema. Está todo centrado en mi persona. Creo que mi salida va a mejorar mucho el ambiente. Lo mejor es que yo no esté», explicó, a la vez que relató los acontecimientos surgidos: «Sólo nosotros sabemos lo que hemos pasado aquí. Hemos visto nacer de nuevo al club. Cuando todos pensamos que se recuperaba mi imagen mucho con ese mercado (el verano anterior). Pero luego volvió el tema…».
El pasado verano, después de la mala temporada anterior, Manolo no pensó en marcharse, en dejar el cargo. Creía que lo que vendría iba a ser mejor. Confesó que estaba convencido de que se cumplirían las previsiones y que el salto de calidad estaba garantizado con los fichajes que se estaban realizando. Eso le impidió plantearse una salida. «En ese momento tenía yo ganas de pelear, porque estaba con un entrenador que me transmitía una fuerza y una seguridad que me hizo soñar (Guede). Hicimos una planificación que fue la más trabajada de todas. Pensada al detalle. Pero es fútbol y no se puede controlar. Eso es lo que diferencia el fútbol del resto de las cosas», afirmó.
Analizó casi toda su trayectoria y aseguró con rotundidad cuál fue su principal error: «Despedir a José Alberto», el técnico, ahora en el Racing, que el club destituyó hace poco más de un año. Asimismo, admitió que quiere apartarse ahora un poco del fútbol, sobre todo del club blanquiazul: «No tengo ganas de ir a La Rosaleda. Voy a seguir al Málaga. Esta es mi vida. Llevo siete años seguidos sin ir a comer a mi casa, Hasta que mi hijo no me lo pida, lo voy a ver por la tele. Pero lo seguiré siempre».
Pero Manolo no se limitó a despedirse exclusivamente, sino que también contestó a las preguntas sobre el que ha sido su última ventana de mercado de fichajes en el club blanquiazul. Este empezó con cinco operaciones casi consecutivas en las primeras semanas. Fueron las salidas de Hervías y Juanfran, y las llegadas de Delmás, Appiah y Lago Junior. Con esto ya estaban satisfechos en La Rosaleda, pero estuvieron abiertos a oportunidades hasta el final y así llegaron la opción de fichar a Tete Morente y dar salida a N'Diaye y Álex Gallar.
«El mercado empezó como queríamos. Hicimos cinco operaciones rápidas con el objetivo de que rindieran pronto. Lo hicimos con la intención de mejorar de inmediato. Luego surgen muchas alternativas y a última hora apareció la opción de Tete. Decidimos trabajar esa operación, pero llegamos tarde porque se generan muchas cosas en un fichaje y depende de mucha gente: redacción contratos, control económico de LaLiga, conversaciones con directivos y agentes... Se dilató mucho. Y cuando negocio mi trabajo es poner de acuerdo a todos, pero luego no puedo hacer más. Pero tampoco hay un culpable», explicó.
«Lo malo es que desde fuera se da por hecho que Tete va a venir, pero no era así. Se crean expectativas, pero no pienso que haya un culpable. Teníamos límite salarial para hacerlo y se hizo todo lo posible, pero no pudo ser», reiteró el hasta ayer responsable deportivo del club malaguista, quien añadió lo siguiente sobre si podrían haber fichado algo más: «Quizás otro en mi lugar se hubiera gastado hasta el último euro, pero lo que había en el mercado no era mejor. Y no iba a debilitar al equipo. Siempre se puede mejorar la plantilla, pero hay que mirar muchas cosas. No he encontrado ninguno mejor que lo que tenemos. Las debilidades que tenía la plantilla las cubrimos al comienzo de mercado», zanjó.
Por último, Manolo Gaspar se dirigió a los jugadores presentes en la sala de prensa para dedicarle un guiño y comentar que «creo que se van a salvar al cien por cien, sin ningún tipo de dudas. Si hay un equipo que tiene todo para salir de esta situación es el Málaga, estoy convencidísimo. Estamos en las mejores manos posibles». Aunque por el momento verá los partidos por la televisión. «No tengo ganas de venir, la verdad. Voy a seguir al Málaga, porque es mi vida. Me duelen las formas de despedirme», concluyó.
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