¿TAN MALOS SOMOS?

Pedro Luis Gómez

Miércoles, 20 de septiembre 2017, 09:15

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Llegados a este punto del campeonato, hasta ahora triste e inesperado campeonato liguero para nuestros colores, la pregunta tras los guarismos registrados, que en puntos es un cero patatero, la pregunta que flota en el ambiente, que circula en los corrillos peloteros sobre el Málaga, es si de verdad somos tan malos como hasta ahora lo hemos demostrado o si todo se debe a un cúmulo de factores interplanetarios que sin duda algún día desaparecerán y dejarán ver el verdadero potencial del equipo. Mientras, anoche, ridículo total. El Málaga sigue camino del precipicio, y esto comienza a ser la historia de un desastre anunciado. Y es que podemos pagar con muchas lágrimas la desastrosa política de fichajes de este verano, la ambición sin límites de recaudar traspasando jugadores y el desconcierto de una organización interna cuanto menos extraña y casi disparatada. El Málaga, su propiedad, ha jugado con fuego y ya nos estamos quemando todos. Anoche en Valencia una nueva derrota, muy dolorosa porque fue por goleada. La diferencia entre el Málaga y el Valencia es que mientras los locales definían casi cada vez que llegaban a puerta, a nosotros hacer un gol nos cuesta un mundo, y eso que con Rolan la cosa parecía pintar mejor...

Pese a la revolución que hizo Míchel en el once inicial, todavía se quedó corto. Luis Hernández y Diego González siguen dando muchas facilidades, y el juego por los extremos no consigue sus objetivos, aparte de que en el remate seguimos romos. Mientras, el rival, con Zaza como héroe, nos machacaba cada vez que se acercaba a Roberto, que brilló a buena altura.

El Málaga mantuvo el tipo en el primer tiempo, incluso mereció el empate, pero tras el 2-0 se hundió estrepitosamente, y para los locales fue una especie de feria... Ver al Málaga entregado, hundido, con cara de perdedores, da grima y mucha pena. Es una lástima pero los números están ahí. Nos desprendimos de los mejores, no trajimos buenos recambios y nos vamos a despeñar... ¡Vaya ridículo! ¡Vaya Málaga! ¡Qué pena de equipo!