El malaguismo, entre la ilusión por ascender y el temor a la 'encerrona' que se espera el sábado

Aunque el club catalán no tenga nada que ver, aparecieron diversos sucesos de una forma sorprendente y que afectaron a la disputa del anterior partido en el estadio del 'Nastic'. Al margen de detalles más o menos feos que tuvieron que soportar los expedicionarios del Ceuta, como los comentarios despectivos desde la televisión de esta comunidad, también rompieron al menos una luna del autobús rival en una claro signo de intimidación en un partido de esta trascendencia (no hubo heridos en esta ocasión).

Pero lo más curioso apareció la noche antes en las inmediaciones del hotel de concentración del Ceuta, según afirmaron medios que cubrieron la eliminatoria, donde se intentó perturbar el descanso de los jugadores para tomar alguna ventaja antideportiva. Es una manera de comenzar una 'encerrona', de buscar todos los resortes para perjudicar al rival dentro y fuera del terreno de juego. El objetivo en estos casos consiste en que todo sean incomodidades para los de fuera, algo realmente poco habitual en el fútbol español, ni tan siquiera en esta categoría.

El club de Tarragona, sin embargo, siempre condenó la actitud de quienes pudieron protagonizar este tipo de incidentes u otros que se dieron con anterioridad en el propio estadio. Incluso, el mismo equipo de Daniel Vidal tuvo un comportamiento que rozó lo antideportivo en algunos momentos en su visita a La Rosaleda. Llevó al máximo el oficio, intentando conseguir ciertas ventajas con comportamientos que se pueden considerar tramposos o poco edificantes para un equipo serio, de nivel y que puede valerse por sí mismo para buscar el ascenso.

Sorprendió que desde el primer minuto en La Rosaleda el Gimnástic perdiera deliberadamente tiempo, como si se tratara del descuento. Quería dormir el choque, buscando que no se jugara nada, que el Málaga no tuviera continuidad. Es algo que se practica muchas veces al final, pero que en este caso fue posible al comienzo por la permisividad de un mal colegiado. Pero el punto álgido de las 'marrullerías' llegó cuando su jugador Godoy introdujo un segundo balón balón en el campo en el lanzamiento del córner que acabó con el gol de Roberto, el primero de la tarde. Y a continuación se quejaron por autorizarse el tanto con dos balones en el campo, si bien el segundo no interfería en la jugada. Increíble.

Luego también es preocupante y forma parte de una estrategia ya antigua la falta de objetividad y el victimismo organizado. Piden penaltis y que se anule ese gol completamente legal y que aportó una incidencia por las 'trampas' del 'Nastic' (a través de uno de sus mejores jugadores), cuando la única posible pena máxima de cierta relevancia no señalada pudo ser precisamente una falta dentro del área sobre el malaguista Roberto. Se abre la ceremonia de la confusión de un equipo que quiere utilizar todos los resortes a su alcance para cumplir con su objetivo.

Ahora queda el partido de vuelta, donde el Málaga también deberá poner sobre el terreno más oficio y fútbol con el objetivo de superar esta supuesta 'encerrona' que se temen los aficionados al analizar ciertos hechos que se han ido produciendo en las últimas semanas. Será fundamental que el árbitro tenga la personalidad suficiente para calibrar hasta dónde llega esta situación y que no se amedrente por un ambiente que se prevé lógicamente hostil contra quienes no le permitan ascender como sea.