Secciones
Servicios
Destacamos
Decía Antonio Tapia que el fútbol es lo más importante de lo menos importante en la vida de una persona. Y siempre fue una realidad, si bien el domingo en La Rosaleda, a partir de las 18.30 horas, se estrecha este margen hasta convertir ... el Málaga-Racing en mucho más que un partido, que los tres puntos en juego. Para empezar, el propio Sergio Pellicer destacó hace algunos días que será un duelo de nada menos que siete puntos (los que ganaría si consigue la victoria, los que dejaría de sumar el rival directo y el valor extra del 'goal-average' en el caso de que llegaran en igualdad al final del campeonato, pues en el choque de los dos conjuntos en El Sardinero quedaron empatados).
Desde la perspectiva clasificatoria está todo muy claro, igual que en semanas anteriores: el Málaga cuenta en este momento con ocho puntos de desventaja respecto al conjunto cántabro, que es el primero que marca las posiciones de salvación, lo que eleva al máximo la relevancia del encuentro. De ahí que el resultado de este choque, el más importante de la temporada de los celebrados hasta ahora, sea casi decisivo para conocer hacia dónde se mueve el futuro del club de Martiricos. Y quedan trece jornadas para el final del campeonato, es decir, 39 puntos por disputar. El margen, de esta manera, se reduce de una forma alarmante para el cuadro blanquiazul, que se está mostrando incapaz de reaccionar de una manera sostenible y eficaz para escalar posiciones en la clasificación.
39 Puntos hasta el final
Son los puntos que quedan en juego hasta el final de la temporada en segunda. Corresponden con los trece partidos que todavía deberá disputar el Málaga, siete de ellos en La Rosaleda, empezando con el Racing.
8 Situación actual
Se trata de los puntos que distancian en este momento al Málaga en la clasificación de la las plazas de salvación, que comienzan con la que ocupa el próximo rival, el Racing.
Un triunfo garantizaría que se reducen las distancias con la permanencia (a cinco), mientras que el empate las mantendría igual (ocho) y la derrota las aumentaría. En este último caso, cabe señalar que las diferencias no se elevarían hasta once en el caso de que los malaguistas cayeran frente al Racing, pues cambiaría su referencia y la mayor desventaja posible, en el peor de los casos, sería de diez puntos (la nueva referencia sería entonces el Mirandés o el Oviedo, que se enfrentan este fin de semana). En cualquiera de los opciones, la situación del Málaga seguiría siendo muy delicada y se mantendría, como ahora, la amenaza de descenso a la tercera categoría del fútbol español, la Primera RFEF.
Pero el partido del domingo trasciende más allá del plano futbolístico, pues un resultado negativo confirmaría de una manera más sólida la amenaza de bajar. Esta opción sería catastrófica para el deporte malagueño y también para la ciudad y la provincia, la sexta más importante del país. La pujanza y el dinamismo de la capital costasoleña chocaría con la evolución del fútbol, que forma parte, al margen de la identidad y el sentimiento de sus aficionados, del ocio que puede ofrecer una zona tan turística como esta. El contraste sería histórico. De hecho, las instituciones se concienciaron al comienzo de la temporada para apoyar al máximo al club de Martiricos con el objetivo de que buscara el ascenso a Primera, que seguramente sería la categoría óptima para un club con el potencial que debería tener el de La Rosaleda.
5 El mejor escenario
Esta es cifra de puntos mínima a la que podrá estar el Málaga de la permanencia tras el siguiente encuentro, siempre que consiga el triunfo.
10 En el peor de los casos
Puntos máximos de desventaja en la que se podrá colocar el Málaga de la salvación si pierde el domingo con el Racing. Puede ser, incluso, uno menos.
Y el desastre se acerca. Los últimos años están siendo inexplicables para los malaguistas, posiblemente desde el incomprensible descenso de la élite cuando la entidad estaba entre las siete u ocho primeras de la Liga tanto en presupuesto como en ingresos por televisión, que son los más importantes. A partir de ahí llegó progresivamente el caos. Para empezar intentó sin éxito el ascenso el primer año, y después se fue desvaneciendo en Segunda. Luego llegaron los problemas con el jeque Al-Thani, la querella criminal y su salida inmediata del Málaga, con la consiguiente intervención del club.
Con un administrador judicial al mando, José María Muñoz, el equipo resistió estoicamente, con gran mérito de todos sus responsables una temporada y media completamente al límite, con la pandemia, las limitaciones y la sanción de LaLiga para fichar futbolistas. Pero una vez superado ese momento crítico, cuando llegaba más dinero y todo parecía que iba a mejorar, ocurrió todo lo contrario a las previsiones: la planificación no funcionó, el rendimiento de los futbolistas estaba por debajo de las necesidades y los entrenadores iban saliendo y entrando a medida que el equipo blanquiazul se iba hundiendo en la clasificación. Nadie ha sido capaz hasta ahora de parar la caída. De hecho, el equipo se salvó la pasada temporada siendo el peor entre los que no descendían a la temible Primera RFEF.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.